SACÁNDOLE JUGO A LOS TIEMPOS MUERTOS

POR JOAN JUNOY (ENTRENADOR SUPERIOR)

 

        El baloncesto es uno de los deportes que permite mayor participación directa del entrenador dentro del propio partido. Dos factores inciden claramente en ello, la gran facilidad para introducir cambios de jugadores y los tiempos muertos. Vamos a analizar a continuación algunos de los aspectos más significativos de los tiempos muertos. El aprovechamiento y buen resultado de los mismos depende a mi entender de dos factores, que sean oportunos, o sea pedidos en el momento adecuado, y que se aprovechen correctamente.

        El acertar siempre el momento ideal para solicitarlos es algo que depende de la experiencia, guiada por unos objetivos claros que luego comentaremos, y en otras, por que no decirlo, de la intuición. Lo único que me atrevo a decir es que si tienes la sensación de que necesitas el minuto, no debes posponerlo, esperando acontecimientos, y solicitarlo de inmediato. En cuanto a sacarles el máximo jugo, el primer objetivo que debe tener el entrenador es poder disponer del máximo tiempo del que dispone. Desgraciadamente los jugadores gastan demasiados segundos en llegar a la banda. Esa imagen de los universitarios americanos dirigiéndose corriendo al vestuario a la media parte, transportada a esta situación sería lo idóneo. El segundo aspecto es, una vez llegados los jugadores, como aprovecharlo al máximo. El entrenador debe captar cuanto antes la atención de los jugadores y para ello no deben haber interferencias. Son desesperantes esos minutos en los que después de que los jugadores han bebido y dejado de hablar, prácticamente se ha agotado el tiempo. A lo largo del tiempo muerto, o al menos en la fase inicial del mismo, el único que habla es el entrenador. Debe referirse a cosas concretas y con directrices muy claras. Puede ser de ayuda en determinados momentos reforzar sus palabras con la estadística, y cuando se refiere a temas tácticos, con la pizarra magnética. Algunos técnicos creen que es conveniente dejar algunos segundos al final para que los jugadores puedan hablar o hacer preguntas sobre lo expuesto o sobre algún aspecto de su trabajo en particular con el que están teniendo problemas.

        Pienso que es distinto el aprovechamiento del minuto que hace el entrenador cuando es el quien lo solicita a cuando lo hace el rival. Para sacar más rendimiento a eso minutos que nos piden puede ser de gran ayuda tomarse unos segundos, mientras llegan y se refrescan los jugadores, para hablar con el ayudante y hacer una lectura rápida de la estadística con el objeto de obtener algunos puntos concretos a mejorar sobre los cuales montar la información a dar a los jugadores. Como generalmente cuando es el rival el que lo pide las cosas suelen ir bien, debe evitarse que la gente se vaya del minuto con esa sensación, que puede llevar a la relajación. Por bien que vaya siempre hay cosas que se pueden mejorar.

        Si en el tema de los cambios empezamos a estar acostumbrados a ver no solo como se cambia a los jugadores cuando lo hacen mal o tienen errores sino también cuando están jugando bien, en el caso de los tiempos muertos esta evolución está siendo mucho más lenta. El porcentaje más alto de tiempos muertos se suele pedir porque las cosas no van bien o para las jugadas de final de período. Este afán de guardárselos para el final en muchas ocasiones hace que no se ponga el remedio oportuno y luego al final se llegue tan mal que ya no sirva de nada no haberlos gastado.
 

        OBJETIVOS DE LOS TIEMPOS MUERTOS.
       Veamos a continuación algunas de las finalidades más frecuentemente buscadas al solicitar un tiempo muerto:

        Para terminar quisiera hacer un comentario sobre esos tiempos muertos que van en contra del código ético de los entrenadores, ya sabéis, aquellos que te piden perdiendo de treinta y quedando veinte segundos. No dudéis en iros con todo vuestro equipo al tiempo muerto del rival para ver que cosa importante les dice. Igual aprendéis algo...