Recurriendo a las siempre odiosas comparaciones, a los músicos mexicanos les costó mucho más conquistar al público argentino que al uruguayo. Mientras que en Montevideo Maná realizaba multitudinarios conciertos en escenarios como el Estadio Centenario y el Velódromo Municipal a principios y mediados de los noventa, en Buenos Aires recién llegaron a presentaciones de esa magnitud varios años después, algo que los integrantes de Maná tienen muy presente: "Casi desde el comienzo de nuestro grupo, el público de Uruguay nos abrió sus puertas y nos hizo sentir como si fuésemos una banda uruguaya", dijo el baterista Alex González ante su visita en Montevideo.

Los músicos se encuentran actualmente de gira promocionando su más reciente disco, Revolución de amor, el séptimo en su carrera. Este nuevo trabajo musical es el primero en salir del estudio desde 1997 (Sueños líquidos) y, previsiblemente, se ha convertido en un éxito comercial, tanto en Uruguay como en la mayoría de los países de América Latina. "Lo que es interesante de la banda es que no tenemos un estilo fijo, que nos limitaría," explicó el vocalista Fher luego del lanzamiento de Revolución de amor. "Es por eso que todos actuamos como nuestros propios productores —no tenemos estructura ni convenciones que nos limiten— simplemente decimos lo que sentimos".

Si bien los inicios de Maná denotaban una fuerte deuda con grupos británicos como The Police, no es menos cierto que a medida que la banda crecía en popularidad, fue encontrando una voz propia. En este proceso fue fundamental el acercamiento por parte de los músicos a ritmos y melodías latinoamericanos, un camino que se plasmó en el exitosísimo Unplugged (1999), un álbum que les abrió las puertas al mercado argentino y también a parte del estadounidense.

A partir de esa grabación en vivo para la serie inaugurada por el canal de música MTV, Maná dejaba definitivamente de pertencer a México para convertirse en una agrupación con un público a nivel mundial. Entre los que tomaron nota de la repercusión de Maná se encontraban, entre otros, el sello estadounidense Arista, que incluyó a la banda en el disco que significaría el más vendedor de Carlos Santana, Supernatural. Maná entró a ese álbum —que se llevó una cantidad récord de Premios Grammy— con una canción escrita y producida completamente por ellos, Corazón espinado.

El grupo continuó creciendo, ya que a la participación en Supernatural le siguió una gran gira junto al guitarrista de Tijuana, realizada durante el año 2000 y que tuvo el efecto de exponer a Maná a una audiencia todavía más grande, como también darle suficiente tiempo para trabajar y pulir sus ideas para Revolución de amor. "Cuando terminamos el ‘tour’ con Santana, nos tomamos un año libre y descansamos. Hicimos un poco de reflexión, miramos cosas buenas y malas, y escribimos un montón de canciones. De unas 30, escogimos 12. Simplemente nos dijimos ‘no toques con tu cabeza, toca con el corazón’ y de ahí salió parte del concepto de Revolución de amor. Creo que en este caso era más cosa de capturar la emoción que de tocar en forma perfecta", dijo el baterista.

El proceso de crecimiento se refleja también en una mayor cohesión interna y un protagonismo más compartido. González vuelve a tomar la voz principal en dos de las canciones de Revolución de amor, como ya lo había hecho en el hit Me vale y también el guitarrista Sergió Vallín se ocupa de la voz líder en un tema ¿Porqué te vas?.

Pero Revolución de amor llama la atención también por la estatura de los músicos invitados: nada menos que Carlos Santana y Ruben Blades. El primero presta sus cuerdas para Justicia, tierra y libertad, mientras que el músico, actor y ex-político Ruben Blades da su apoyo a Sábanas frías. "Carlos ha influenciado a toda una generación de guitarristas latinos y desde el principio tuvimos una química especial. También fue maravilloso trabajar con Ruben. Respetamos inmensamente el trabajo que ha hecho, tanto como persona, y como músico", expresó Vallín.

En estas declaraciones, así como en varios de los títulos de las canciones, se nota el interés político del grupo, que aunque haga alusiones a la revolución está más cerca de lo "políticamente correcto" que de una postura radicalizada. Desde hace varios años el cuarteto promueve causas ecologistas —han fundado una ONG a tales efectos—, se pronuncia a favor de la defensa de los derechos humanos y expresa preocupación por los conflictos que afectan a América Latina. En el reciente Festival de Viña del Mar, inaugurado con un concierto de Maná, el cantante Fher Olivera dijo que "los gobiernos deben escuchar a sus ciudadanos de una vez por todas y combatir el flagelo de la droga y el narcotráfico. También deben hacer sentir el clamor a favor de la paz que se escucha en todo el planeta", en clara referencia al conflicto entre Estados Unidos e Irak.

Un día antes de que Maná se presente en Montevideo, la industria discográfica estadounidense realizará su mayor celebración, con la entrega de los Premios Grammy, para los cuales el grupo está nominado en la categoría Mejor Album de Rock Alternativo Latino. Hasta el momento, la banda ha ganado cuatro premios Grammy, pero la posibilidad de ganar más de estos galardones no le quita el sueño a los músicos.

"Es una nominación más, no es algo que nos revolucione mayormente", dijo el vocalista y agregó que considera injusto que las postulaciones a los Grammy muchas veces se originen en una buena promoción de parte de los sellos y no en la calidad musical de los artistas. "Hay grupos mejores que nosotros que deberían estar nominados al Grammy, pero no se conocen porque tocan en bares y no tienen el apoyo de las grandes casas discográficas", afirmó por su parte González.

El concierto de hoy será especial para González, ya que cumple años: "Vamos a celebrarlo con mucho tequila", dijo el percusionista antes de aterrizar en Montevideo desde Buenos Aires, donde Maná se presentó en el estadio de Vélez Sarsfield y realizó la filmación del videoclip que promocionará el tema Mariposa traicionera.