Maná, valió la pena esperar


Domingo, 13 de Abril de 2003

Maná, valió la pena esperar

Muchas Gracias a Janice (Puerto Rico) por la Noticia

Jorge Imbaquingo, Redactor | QUITO

Los conciertos de Maná en Ecuador son parte de la gira Revolución de amor, que los integrantes de la banda mexicana realizan por Latinoamérica.

Ana. Solo Maná puede escribir una canción así, que haga vibrar a un público ferviente: Ana se quedó embarazada sin querer. Únicamente Maná puede hacer que esa bella canción termine con el apoteósico virtuosismo de un doble bombo sin que suene mal.

Es eso lo que hace de Maná una banda que mueve el instinto de aplaudir, la constancia de seguir las canciones a todo pecho y marcar la atención en aquel intrépido que le hace guiños a lo imposible con las baquetas: Álex González.

El reencuentro de una década con Ecuador empezó el estribillo de Justicia, tierra y libertad mientras aparecían las imágenes de del Subcomandante Marcos, el Che y Jesucristo.

Pero si Maná quiso hacer conciencia social, tampoco se alejó de su esencia pop. Andrés Peña, de 14 años, ahorró casi dos meses, igual que sus ocho amigos del Liceo Naval. Aquellos adolescentes, que ahora escuchan Mariposa, eran los que coreaban: “Oye mi amor/ no me digas que no”. Igual, los casi 14 mil espectadores del coliseo Rumiñahui.

En el concierto hubo pase libre a la máquina del tiempo. Álex cantó su disertación egocéntrica en Me vale. A la canción Cómo te deseo solo le faltó la presencia de Carla Sala, la modelo guayaquileña que apareció en el vídeo original.

Sergio, el guitarrista, tomó una guitarra Ibáñez. Se puso al hombro el peso del concierto. Tocó impecablemente la complexión sonero-rock de Corazón espinado, creada en conjunto con Carlos Santana.

Qué decir de Álex. Efectuó un solo de siete minutos. Los 12 platillos, tres tambores, el gran redoblante, el bombo, los timbales y la campana fueron los mejores aliados del ritmo insigne, locuaz, desenfrenado del animal de la batería, como lo definió Fher, el cantante.

Las baquetas fueron a parar al público. Andrés Peña agarró una, marcada con el nombre de la banda. “Ojalá esté encantada”, dijo el joven, que ahora quiere ser baterista. Sus amigos lo abrazaban justo cuando Sergio dio a conocer su habilidad en la guitarra.

Fher también dejó en claro que a pesar de los gases lacrimógenos Maná se aferraba a tocar. Y no se inmutaron: despotricaron con 16 canciones en 2 horas y 22 minutos.

Maná engañó dos veces al público. Se fue del escenario, y volvieron para cantar Ángel de Amor. Y luego salieron al escenario, tomaron fuerzas para finalizar el concierto con una versión prolongada de El Muelle de San Blas.

NOTAS A LA FUERZA
En el momento en que Maná interpretaba la cuarta canción, varias personas que no entraron al concierto rompieron las mallas del coliseo. La Policía trató de dispersarlas con gas lacrimógeno y hubo 101 semiasfixiados. El jefe del puesto de la Cruz Roja, Fausto Rojas, aseguró que los afectados fueron atendidos con rapidez, pues tenían diez tanques de oxígeno.

TARDANZA
El jefe del operativo policial, Crnel. Hugo Gangotena, aseguró que solo se abrió una lata de gas lacrimógeno. Explicó que el problema se debió a que los organizadores abrieron las puertas a las 19h00, cuando lo normal es que ocurra a las 17h00. Hubo una persona que se fracturó una mano debido a una caída y un afectado por una mordida de perro.


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