La cuarta canción, Cuando
los Ángeles lloran, la dedicaron a los que voluntarios que limpian las
costas de galipote, también recordaron que una parte de la recaudación
del concierto iría en apoyo de esta causa.
A mitad de concierto llegó lo que la mayoría estaba esperando, el sólo
de batería de Alex, unos de los mejores percusionistas del panorama
musical actual, y que por casi diez minutos deleitó al publico asistente
con sus filigranas técnicas.
Otro punto algido de la noche fue cuando invitó a subir a una chica del
público para sentarla en un sofá y cantarle unos temas, entre la envidia
del público femenino. También invitó al escenario al restaurador gijonés
Tino el Roxu, que escanció culetes para todo el escenario.
Siguió el concierto por espacio de dos horas y brindaron al público un
par de bises entre los que no podía faltar: Perdido en un bar y El
muelle de San Blas.
Finalmente decir que los 18000 asistentes (record de asistencia para
esta gira española) disfrutaron de lo lindo y sólo la lluvia y la falta
de Santana en alguna canción intentó (que no consiguió) ensombrecer el
espectáculo. |