Maná se entrega a El Salvador

Lunes, 24 de Noviembre de 2003

Maná se entrega a El Salvador

El grupo de rock mexicano, Maná, hizo temblar el Flor Blanca con temas dedicados a “los ángeles que lloran”, a las “hechiceras” y a las “mariposas traicioneras” de todo El Salvador.
Alexis Henríquez
cartas@elfaro.net

 

En el escenario, una pantalla gigante mostraba la imagen de un cielo nublado. Afuera, decenas de revendedores ofrecían las últimas entradas hasta por 80 dólares, con el precio impreso marcando los $35. Por los parlantes, con más de 8000 watts de potencia, se escuchó a los hechiceros que iniciaban su revolución de amor. No necesitaron presentarse para ser aclamados. Maná, el grupo latinoamericano de rock más famoso en todo el mundo, deleitaba a los salvadoreños.

Su última aparición en el escenario nacional fue en 1998, cuando abarrotaron el Gimnasio Nacional. “Ya los extrañábamos un chingo”, dijo Fher Olvera, vocalista de la banda, para dar por iniciado el concierto en el Flor Blanca, hoy llamado estadio “Jorge Mágico González”. Con él, Sergio Vallín, guitarrista de la banda; Juan Calleros, bajista, y Alex, el “animal de la batería”.

Un niño, con mochila de boy scout, era expulsado del estadio por uno de los agentes policíacos. “Es de los que venden maní. Se saltó la barda”, dijo el oficial, quien prefirió no ser identificado. El pequeño confesó que sólo quería vender el maní y escuchar su canción favorita: “Rayando el sol”. No pudo.

Los mexicanos abrieron la noche con “Ángel de amor”, el primer sencillo de su último álbum “Revolución de Amor”. Luego vinieron canciones dedicadas a las “Mariposas traicioneras”. “Quien haya tenido una decepción amorosa por una mujer que encienda una luz”, dijo Fher. Él fue el primero en sacar su encendedor, pero pocos lo siguieron. “¡Aquí me voy a venir a casar, porque las mujeres son bien fieles!”, dijo el vocalista, riendo, para luego hacer bailar a todo su público.

Y vino la dedicatoria precisa a la ciudad. “San Salvador va recuperándose rápidamente de una cruenta guerra que tuvo”, señaló Fher, antes de iniciar “Cuando los ángeles lloran”.

El broche de oro lo colocaron cuando dijeron “Qué quieren que les toquemos ahora”. Inmediatamente, “Como dueles en los labios”, “Clavado en un bar” y “Rayando el sol” fueron las clásicas más solicitadas. Y, para que no faltara la participación del público, hizo subir a una de sus admiradoras al escenario. La afortunada cantó junto con la banda varias canciones y, aprovechando el momento, le arrebató un beso al mexicano.

Pero tampco faltó la política, tan de moda en plena campaña presidencial. “Tienen que escoger a un gobernante que respete los derechos humanos de las personas”, dijo el vocalista, preparado ya para el aplauso y la silbatina eufórica que se le venían encima. Mientras lo decía, sujetaba junto con Sergio las banderas entrelazadas de El Salvador, México y una bandera con el símbolo de “amor y paz”. De cielo cayó confeti de colores rojo, verde y plateado, y estallaron los fuegos pirotécnicos que anunciaban el final de un excelente espectáculo.

Informe: ElFaro.NET