Patrocinados por la banda
tapatía Maná, tres campamentos ubicados en las costas de Jalisco y Nayarit se
encargan de alargar la existencia de una especie que día con día aumenta su
peligro de extinción.
El Playón de Mismaloya, ubicado a unos kilómetros del pueblo La Cruz de Loreto
y clasificado por la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente como
una de las 22 playas de alto riesgo de depredación en el País, es uno de los
espacios que cuentan con la protección de Selva Negra.
Aquí, Mirna inicia su patrullaje a eso de las 22:00 horas. Montada en una
cuatrimoto, la pequeña bióloga de apenas un metro de altura, egresada de la
UAM, sale en la búsqueda de una especie que puede superar su propio tamaño,
pero que sin embargo es más indefensa que muchas de las especies animales: las
tortugas.
Las huellas de los caballos en la arena le indican que los depredadores,
conocidos popularmente como hueveros, están cerca. Su única arma es llegar
antes que ellos al lugar al que arribe alguna tortuga a depositar sus huevos.
Después de casi cinco horas de recorrer los 30 kilómetros que le corresponde
proteger, Mirna regresa al campamento sin buenas noticias, pero eso no le
permite olvidar la noche en que rompió su propio récord al rescatar el
producto de 109 nidos.
Monserrat, también bióloga, y Gerardo, ingeniero biotecnólogo, son el resto
del equipo, junto con Alma, quien se encarga de cuidar el corral de
incubación. Ellos turnan a Mirna en su labor y recorren igual la orilla de la
playa, a unos metros de donde los depredadores destazan las tortugas para
comercializarlas.
"La gente del pueblo está muy acostumbrada a cocinarlas, siempre nos dicen que
es muy rico todo. Con los huevos hacen unas tortas súper gruesas. Están muy
acostumbrados. Nosotros les decimos que están en peligro de extinción, y les
explicamos. Mucho caso no nos hacen, pero por lo menos ya nos venimos más
tranquilos", platica Monserrat.
Contra la costumbre
"Dice la gente del pueblo que antes había tantas tortugas, que caminaban sobre
ellas", platica Augusto Chacón, director general de Selva Negra. "De entrada
nosotros no pretendemos que los metan a la cárcel porque hay muchos que son
parte de la comunidad. Basta la vigilancia, lo comprobamos esta temporada. Nos
gustaría que hubiera mas dinero para que la Marina tuviera mas lanchas y
pudiera también romper las mayas que ahogan a las tortugas".
Quizá fue la abundancia la que creó la costumbre de consumir y comercializar a
esta especie en La Cruz de Loreto. Esta acción ilícita, el delegado del
pueblo, Jorge Ruiz López, se la atribuye a la pobreza y falta de empleos en el
pueblo.
"Yo siento que la gente no desconoce que es un delito, pero más que nada es
una necesidad ir a la playa y traer huevos, como las señoras con familia y que
tienen la necesidad de sacar algo para comer.
"Lo que aquí hace falta son fuentes de empleo para que la gente tenga dinero,
porque de algo tienen que estar viviendo y se van a los esteros a sacar
pescado, jaiba, lo que esté al alcance", explicó.
Una ley que no aplica
La veda de la tortuga se impuso desde 1990, cuando se incluyó en el Código
Penal Federal la ley que considera como ilícito el aprovechamiento de la
tortuga si éste no se realiza para fines científicos.
A pesar de la claridad de las leyes, tal parece que ésta no se aplica, según
explican los miembros del campamento.
"En Chala los de la Marina atraparon a dos, en La Gloria también atraparon a
dos. Aquí no atraparon ninguno, pero sí fue de más ayuda que se dieran vueltas
por aquí", explica Monserrat, a lo que apela inmediatamente Gerardo.
"Pero tenían multas de 15 a 20 mil pesos. A uno le dieron siete años de
cárcel. pero ni pagaron multa y como a los dos meses y medio ya andaban en el
pueblo".
Y si las autoridades no son capaces de hacer valer la ley, la única opción que
le queda a quienes trabajan en Selva Negra es crear conciencia de la extinción
de esta especie. Este año quieren difundir tanto en escuelas como en medios de
comunicación, la educación ambiental necesaria y sólo lo lograrán apoyados por
la que es actualmente una de las bandas de rock más importantes del País.
* En el pueblo de La Cruz de Loreto la carne de tortuga se vende entre 20 y 25
pesos por kilo y el litro de aceite extraído de éstas, cuesta 180 pesos.
* Los huevos de tortuga son vendidos en 60 centavos en temporada alta (de
junio a diciembre) y en 2.50 pesos en temporada baja (de enero a mayo).
* Este año, el campamento Selva Negra en el Playón de Mismaloya aumentó sus
esfuerzos y trabajó también en la temporada más baja del año, que es cuando la
tortuga Laúd, la especie más escasa, arriba a estas playas.
* Contando con el apoyo de la Marina, que se mantuvo activa el año pasado, los
integrantes del campamento lograron rescatar el 69 por ciento de los nidos en
la reciente temporada, mientras que el resto los ganaron los hueveros.
* Entre bromas y veras, los miembros de la comunidad aseguran que es bueno que
Selva Negra cuiden a las tortugas para que ellos puedan seguir consumiendo los
productos que derivan de estas.
* Maná inició su apoyo a los campamentos de protección a la tortuga en 1997,
con recursos provenientes de sus giras y de algunos de sus patrocinadores.
* Mantener en el mejor estado posible estos campamentos puede costar más de un
millón de pesos por temporada.
* Entre los principales proyectos de Selva Negra se encuentra la difusión de
información a los niños de las comunidades, pues según el propio director de
Selva Negra, son los que podrían cambiar la visión hacia esta especie.
Siempre vigilando
Los biólogos de Selva Negra se dividen en dos turnos el patrullaje de la
playa: de las 22:30 a las 3:00 horas y de las 4:30 a las 6:00 horas. Al
encontrar un nido siguen los siguientes pasos :
1.- Después de que la tortuga desova cavan hasta encontrar el nido.
2.- Los huevos, que en promedio egan a ser hasta 100, son depositados en una
bolsa de plástico.
3.- Antes de que transcurran seis horas, para evitar que el huevo se diseque,
se entierran en el corral de incubación, cavando un hoyo similar al que hace
la tortuga, en forma de hoya.
4.- El número de nido, la fecha y la cantidad de huevos son registrados en una
bitácora.
5.- Después de 45 días, aproximadamente, se van limpiando los nidos ayudando a
salir a las tortugas.
6.- En una tina de agua se depositan las tortugas para que despierten, porque
al salir del nido aún siguen dormidas.
7.- Después de 15 ó 20 minutos, cuando ya hayan despertado, las dejan caminar
a uno o dos metros de donde se expande la ola para que sigan el proceso
natural.
Se cree que la tortuga siempre debe llegar a la misma playa a desovar y la
explicación científica que le dan a esto, es que al liberarlas, las tortugas
perciben un código magnético, creado por las condiciones de temperatura y
humedad, que las hace que después de 15 ó 25 años, sean ellas las que lleguen
a la misma playa a dejar sus huevos. |