18 de noviembre de 2004
En una entrevista previa, Fher, vocalista y cerebro indiscutible de
Maná, dijo que Sombrero Verde había sido como una “escuelita” para la
banda. Se refería al grupo que hace más de 20 años formó un quinteto de
jóvenes de clase media en Guadalajara, México, que en la efervescencia
del movimiento de rock en español buscaba —además de una identidad
propia— un lugar para destacarse.
Lo más probable es que las aspiraciones de esos rockeros no contemplaban
llegar más allá de las fronteras de su país. Mucho menos trascender
después de dos décadas como uno de los grupos de pop rock mexicanos más
influyentes en la historia de la música contemporánea.
De los cinco integrantes originales sólo quedaron dos: Fernando Olvera
(alias Fher) y Juan Calleros, el bajista y el más tímido e introvertido
del ahora cuarteto. Alex González y su batería se incorporaron unos años
después de la fundación del grupo y Sergio Vallín, el guitarrista, la
adquisición más reciente, es parte de la banda desde 1995.
Quizá el destino de Maná hubiera sido otro si no hubiera llegado Alex y
el poder de su batería al grupo. Fue este elemento, más que ninguno, el
que brindó un sonido y potencia distintos a Maná, que cuando se
combinaron con las composiciones sencillas y digeribles de Fher hicieron
el click que faltaba para catapultar a estos rockeros no sólo a los
escenarios de todo México, sino también a los de América Latina, Europa
y Estados Unidos.
Codeándose con personalidades
Desde principios de los 90, el recorrido de Maná por los caminos de la
música ha sido ascendente, pero quizá la presencia e influencia del
cuarteto nunca ha sido tan sólida y visible como en los últimos cinco
años.
Es en ésta última etapa de la vida del grupo, cuando se ha codeado con
personalidades de la talla del gurú del rock Carlos Santana, el
legendario músico y cantante —y también político—panameño Rubén Blades y
el enigmático intérprete español Miguel Bosé, por mencionar algunos.
También ha sido una causa que promueve, aunque menos difundida, la que
ha permitido a Maná interactuar con Kofi Annan, secretario general de la
Organización de las Naciones Unidas. Los esfuerzos del grupo dentro de
la ONU se enfocan en preservar especies en peligro de extinción —más
específicamente las tortugas de costas mexicanas— mediante Selva Negra,
la fundación que patrocina y que ha permitido que, desde su creación
hace seis años, se haya liberado a un millón de esos anfibios.
De ésta y otras actividades que tiene Maná fuera de los escenarios se
difunde poco, y por eso sus integrantes decidieron producir un
documental en el que se plasmara mucho más de lo que comúnmente se sabe
sobre ellos.
“Era algo justo y necesario, porque hemos hecho muchos conciertos, hemos
girado mucho y como que ya era tiempo de hablar de todo lo que nos ha
sucedido”, dice Fher con un entusiasmo que lo único que refleja es el
buen humor que le produce ofrecer una entrevista telefónica desde la
biblioteca de su casa en Guadalajara, donde se rodea de sus libros más
queridos y donde en ocasiones se reúne con amigos para cantar, echar
unas copas —o más bien tequilas, su bebida favorita— y escribir poemas.
En DVD
Acceso total, que el grupo presentará oficialmente hoy a los medios en
Los Angeles —y ante un puñado de fans que ganaron boletos para asistir—,
saldrá a la venta el martes e incluye tomas que se hicieron entre 2002 y
2003 durante una de las giras más extensas de la banda, que recorrió 28
países y en la que se ofrecieron 108 conciertos.
“Al principio pensamos en que lo hiciera un gringo que tiene mucha
experiencia con videos, pero después cambiamos de opinión y decidimos
que mejor lo hiciera un mexicano; es un cuate que conocemos desde hace
muchos años, que conoce bien al grupo y que está muy metido con los
directores de cine más fregones de México”, lanza Fher, dejando brotar
su espíritu nacionalista en apoyo del realizador Adrián Zurita.
Así, de más de cien casetes grabados, se escogieron las imágenes más
representativas de la vida de Maná de los últimos años. El video se
formó con tomas oficiales de la banda y con las propias grabaciones que
ellos hicieron con sus cámaras personales. De esa forma es posible
percibir lo que para ellos fue importante en determinado momento.
“Yo creo que lo más revelador es ver cómo vive la banda cuando está de
gira y lo que está detrás del escenario; que somos chavos a los que nos
gusta divertirnos, tomar, echar relajo y que nos gustan las chavas.
Muestra que después de tocar nos quedamos platicando, nos reunimos con
nuestros fans para conocerlos…”, describe el impetuoso vocalista.
Más contactos
No han sido sólo los viajes por muchos confines del mundo y su música de
fusión lo que ha llamado la atención de personalidades como Danielle
Mitterrand —viuda del ex presidente de Francia Francois Mitterrand y
ahora activista por los derechos humanos— por Maná. La banda, que tuvo
una charla con Danielle en Francia, ha levantado la voz en varias
ocasiones en denuncia por las injusticias sociales y el deterioro del
medio ambiente. En varios de sus discos, canciones como Desaparecido y
¿Dónde jugarán los niños?, lo constatan.
“Danielle Mitterrand nos pidió boletos para ir a vernos, y la verdad fue
bien chistoso porque también fue a vernos uno de los Red Hot Chilli
Peppers y se sentaron juntos, la verdad era una escena bien rara.
Después del concierto, la señora fue a saludarnos”, cuenta.
Otros encuentros, unos casuales y otros programados, fueron con
personalidades menos polémicas, al menos desde el punto de vista de la
música, como Bono, vocalista de la banda irlandesa U2, con quien se
reunieron brevemente después de una tocada. Y para que no se perciba a
Maná como una banda que no sabe de literatura, también está incluida una
reunión con Mario Benedetti, escritor uruguayo y uno de los poetas
favoritos de Fher. En esa ocasión, el novelista recibió en su casa a la
banda.
Por supuesto que la música no se podía quedar afuera; de 20 canciones
potenciales se eligió una docena, todas interpretadas en conciertos en
vivo en distintos lugares del mundo.
“Escogimos 12 temas, y entre ellas se intercalan entrevistas conmigo,
luego con Alex, luego con Juan y después con Sergio… son tomas hechas en
Alemania, Buenos Aires, París y otros lugares. Además hay tomas de
cuando las tortugas que protege Selva Negra salen de sus huevos. Hay
escenas en las que estamos plantando árboles, bailando, tomando…”, dice
Fher.
¿Y de la familia?
“En ese sentido somos muy reservados; en México el periodismo es un poco
amarillista; cuando se meten con uno no pasa nada, pero cuando se meten
con la familia se siente bien gacho; como el pobre de Alejandro
Fernández, por ejemplo, cómo lo traen con eso de las fotos que le han
tomado”, dice el cantante en referencia a unas imágenes publicadas hace
unas semanas de “El Potrillo” en las que está en una alberca con una
mujer que no era su novia Ximena.
¿Y cuál es la clave para que Maná se haya mantenido por tanto tiempo
como uno de los grupos favoritos de las masas?
“Yo creo que el secreto está en que le ponemos un poquito de todo a
nuestra música: besos, espermas, tequila, tiempo y cariño, mucho cariño.
Y no caer en la tentación de hacer un disco por año, sino ser más
honestos con nuestra música para no hacer discos tan seguido”. |