Nace
el 8 de marzo de 1892 (y no en 1895, como ella decía en vida),
en Melo, capital de Cerro Largo (Uruguay). Su nombre: Juana Fernández
Morales. Allí en Melo, realiza sus estudios primarios, empezando
a escribir siendo una niña, a los 12 o 13 años.
Madre uruguaya y padre español:
Valentina Morales y Vicente Fernández.
Fue la menor de varios hermanos.
Ibarbourou fue el apellido de su esposo, el capitán Lucas Ibarbourou,
ella lo adoptó para acompañar su nombre, abandonando el
seudónimo Jeannette d’Ybar que llegó a utilizar firmando
con el mismo varios poemas.
Después de viajar con su marido por el interior del Uruguay, se
instala en Montevideo en 1918. Su familia estaba constituida en ese momento
por su marido, por la madre de ella y por un hijo nacido en agosto de
1914.
En “El Deber Cívico”, diario de su ciudad natal, publica
sus primeros poemas conocidos y pocos años después, en 1918,
también publica en el Diario “La Razón”.
En 1919 vio la luz su primer
libro en Buenos Aires: “Las Lenguas de Diamante”, fue elogiado
por toda la crítica de Hispanoamérica, conquistando el aplauso
de todo el público de América. Fue prologado por el ilustre
novelista argentino Manuel Gálvez y le abrió las puertas
de la fama, recibiendo desde entonces múltiples distinciones en
Uruguay, Perú, Bolivia, Brasil, México, Cuba, Bélgica
y otros países.
En esta obra, asoma, por parte
de la autora, un espíritu libre, no tomando en cuenta las trabas
que ponía la sociedad a las escritoras más vehementes y
decididas. Ya aparecen en “Las Lenguas de Diamante”, de una
forma madura los rasgos que van a caracterizar toda su obra y con ello
adelanta y prepara el camino para el advenimiento de otras poetisas americanas:
la argentina Alfonsina Storni y la chilena Gabriela Mistral, que harían
con Juana de Ibarbourou, la renovación de la lírica en nuestro
continente.
En 1920 aparece “Poesías escogidas” y la primera edición
de “El Cántaro Fresco” (poemas en prosa), en Montevideo.
En 1922 presenta “Raíz
Salvaje”, que será traducido al francés, consolida
la consagración que ya le significara un año antes un “Pórtico”
escrito por don Miguel de Unamuno para sus “Poesías Escogidas”.
Juana de Ibarbourou en menos de 5 años había logrado, con
pleno y perenne derecho, un primerísimo lugar en todo el panorama
de la Literatura escrita en lengua hispana.
El 10 de agosto de 1929, en el
Palacio Legislativo de Uruguay se llevó a cabo una reunión
que convoca a todas las figuras más destacadas de la intelectualidad
americana, bajo la presidencia de don Juan Zorrilla de San Martín,
el Poeta de la Patria.
Allí en un acto de emotividad imborrable, el mexicano Alfonso Reyes
proclama a Juana de Ibarbourou con el título de JUANA DE AMÉRICA.
Aquí exponemos las palabras
de la propia Juana de Ibarbourou relatando el grandioso acto en el cual,
en acción continental impulsada por el mismo Alfonso Reyes, cumbre
de las letras mexicanas, se le proclama JUANA DE AMÉRICA.
“El 10 de agosto de 1929
un grupo de jóvenes poetas me organizó en el Salón
de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, una fiesta inolvidable.
La presidía don Juan Zorrilla de San Martín.
Sentado a mi derecha en uno de los fastuosos sillones del Palacio, el
poeta grandioso y menudo, lucía como siempre su dulce e impotente
señorío…
El ambiente era solemne, con la muchedumbre, los himnos, los delegados
de toda América y otro hombre de estatura física pequeña,
pero también magnífico y grandioso: Alfonso Reyes…”.
Luego continuó su caudalosa
y rica obra: en 1930 publica uno de sus más bellos libros: “La
rosa de los vientos”, obra que recibe en 1931 la Orden Universal
del Mérito Humano en Ginebra.
El reconocimiento hacia su obra es muy grande: recibe Medalla de Oro en
Francisco Pizarro del Perú (1935), Orden del Cóndor de los
Andes en 1937 de Bolivia. En 1938 Orden del Sol de Perú.
En 1945 Orden del “Cruzeiro Do Sur” de Brasil.
En 1934 “Estampas de la Biblia” (animadas siluetas de los
principales personajes del Libro Sagrado), más tarde “Perdida”
y “Azor” y tantos otros títulos cada vez más
ricos y creativos.
En 1953 fue proclamada “MUJER DE AMÉRICA” y las ceremonias
para celebrar el acontecimiento se llevaron a cabo en casi todas las capitales
de América, el sábado 2 de mayo.
Luego viaja a Estados Unidos.
Sigue publicando libros de gran
valor: “Chico Carlo” (con noticias autobiográficas
de gran interés -1944), “Los sueños de Natacha”
(delicioso teatro infantil - 1945).
El “Cántaro Fresco” y “Chico Carlo” han
sido y siguen siendo parte viva de nuestras escuelas, de nuestra vida…
En la novela para niños “Chico Carlo” recrea el ambiente
del Melo en el que nació, visto por una niña.
Allí Juana recuerda las fantasías que despertaba en ella
la “Fuente de los Sapos”.
Esta fuente, que fue inaugurada en el mismo año de nacimiento de
la escritora, integra el Parque Zorrilla, sobre el arroyo Conventos. Enfrente,
una vieja casa abandonada que fuera museo de Juana de Ibarbourou, permanece
cerrada al público.
La casa de Juana, en la calle Navarrete entre Oribe y Sarandí es
actualmente vivienda de particulares y recuerda con una placa a quien
fuera su ocupante.
Para estar más cerquita
de las fantasías de Juana, recordamos un fragmento de “La
fuente de los Sapos” de Chico Carlo:
Seis enormes sapos de piedra,
agazapados al borde redondo de la
fuente parecían clamar en silencio por el agua que sólo
en los días
solemnes de Año Nuevo o de fiestas patrias, saltaba a chorros alegres
de entre sus bocazas.
(…) Cuando mana la fuente, la chiquillería forma a su alrededor
una cintura ruidosa y batalladora. Después, bajo la llama humosa
de los faroles, entre sapo y sapo se sientan a charlar, con su baja voz
de arrullo, parejas de enamorados.
La fuente, callada, guarda muchos secretos: guarda también muchos
recuerdos.
Desde aquí, desde este
sitio, queremos brindarle toda la información posible, por eso
nos parece productivo que esté presente el prólogo de “Chico
Carlo”:
Cuando queremos mirar nuestra
infancia lejana ¿Qué luz fantasmagórica nos ilumina
la escena? Esa niña de ojos vivos y sueño puro ¿era
yo misma? ¿Me he desdoblado de ese capullo, he seguido caminando
por la vida desde esa casa y ese jardín?
Yo sé que existieron todos los seres que veo moverse en ese tiempo
casi inconcebible, de repentinos presentes, de pretéritos remotísimos,
y que Feliciana, mi negra aya, con su querida habla, mezcla de portugués
y castellano”, me donó la oración, la fábula,
el canto de cuna y la gracia invalorable del mismo, pan nutriz. Yo sé
que Chico Carlo constituyó, sin que yo misma lo supiese hasta ahora,
mi primer amor; que Payaso, pobre resto de la ruina de un circo ambulante,
con el negro rostro cruzado por blanquecinos tatuajes, cuidó de
mi padre, su caballo y sus higueras con una paciencia seráfica;
yo sé que Tilo me dio su festivo cariño cuando más
necesitaba de alegría y ternura y que yo tuve adoración
por la pobre bestezuela que sólo para mí era hermosa. Yo
sé que fui tierna, feliz, amada, buena, que todo lo que narro en
este libro es verdad, y que la vida entonces era como el paraíso
de los elegidos de Dios. ¡Y todo me parece un cuento!
Algunos juicios críticos
sobre “Chico Carlo”:
La lectura de “Chico Carlo”,
así como “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez,
es un baño de limpieza, como si nos dieran a respirar aire nuevo,
incontaminado y nutricio. Espacios de reencuentro con el amor para los
adultos; espacios de exposición del amor para los niños.
Como lectura para niños, Chico Carlo tiene la ventaja de la alegría
y de las experiencias e imágenes de la vida infantil.
Predomina el molde de los sueños ingenuos de los niños y
la blancura de sus actos; aunque desde ellos la autora se remonte a veces
hacia su dolor o su tristeza.
Chico Carlo presenta una serie
de relatos de experiencias infantiles que los niños leen como cuentos
donde encuentran una prolongación de sus propias experiencias.
La literatura infantil ha servido,
durante siglos, para introducir a los niños en mundos de fantasía
y ensueño, mundos de imposibles. Chico Carlo, en cambio, los vuelve
reflexivamente sobre su propia realidad; los encamina, sin misterio, plácida
y a la vez profundamente, por el camino de sí mismos. Los lleva
al encuentro de su propio ser, dentro de las limitaciones que para ello
ofrece el alma infantil. Los niños, al leer estos cuentos ven reflejada
su propia personalidad. Hay todo un aprendizaje de la vida.
Siempre con emoción y sentimiento,
la poetisa hace una crítica del hombre y de sus cosas. Así
les enseña a sus lectores: la comprensión, la justicia,
la verdad, y el amor a todos y a todo.
Con su lenguaje limpio, noble, poético, les enseña a los
niños la generosidad y el amor y también así como
canta al oído sensible de los niños, le canta al oído
duro de los hombres, que sentirán al leer las páginas de
este libro la sensación de vivir un momento en una maravillosa
isla de poesía, con el bien como una atmósfera.
(fer H. Verdugo, Grandes obras
de la literatura universal, Disertaciones. L. R. A. 7. Radio Nacional.
Córdoba, 1962)
La prestigiosa editorial Aguilar
publica “Obras Completas” y da a la imprenta nuevas obras
como son “Canto rodado”, “La pasajera”, en Montevideo.
Anteriormente dijimos que sus obras han sido y siguen siendo parte viva
de nuestras escuelas, de nuestros estudiantes.
En su obra se destaca la frescura y la transparencia de los temas de la
naturaleza, ha cantado al amor, a la pasión, en versos llenos de
fragancia, pureza y colorido.
Juana de Ibarbourou, poetisa
fresca, llena de vida, rebosante de amor por la naturaleza agreste. En
sus versos y en su prosa hay el aroma de la flor silvestre, el gusto de
la savia joven y la alegría del amor feliz.
Exalta en sus páginas los frutos, las flores, los jugos, el agua
clara, el verdor, la lluvia, todo lo que la tierra pródiga le ofrece
a su avidez sensorial.
Aquí vemos un ejemplo claro y hermoso de ello:
LA LUNA
Esta noche la luna, redonda y
brillante, está de una manera casi matemática encima del
pozo, de modo que se refleja precisamente en el centro de la oblea negra
del agua. Aprovechando su claridad, el jardinero prefiere regar las plantas
a esta hora. Y ese espectáculo no lo perdemos nunca nosotros, porque
el jardín y el huerto son hermosísimos en estas claras noches
de enero, y la frescura del agua da a las flores una belleza limpia y
alegre que nos llena de paz el alma. Mi hijo fue el primero en descubrir
la luna en el pozo. Y sobre el brocal cubierto de musgos y culandrillos
nos inclinamos los dos, con ganas de estirar la mano hasta el oro fugaz
de esa imposible moneda de luz. Pero al ruido áspero de los zuecos
del jardinero nos retiramos un poco.
-Juan va a regar…
El viejo desata la cuerda, alza pausadamente el balde y lo arroja, luego,
al agua. Inconscientemente, en un impulso simultáneo, nos inclinamos
de nuevo sobre el brocal. El balde sube ya, rebosando, brillante, fresquísimo,
con una multitud de ondulaciones doradas entre el agua oscura, estriada
de blanco. En el pozo la luna ha desaparecido y sólo queda de ella
una multitud de hilos de luz. El jardinero ha deshilachado la luna. Y
tranquilo, como un tosco dios inconsciente, se va por el camino musgoso
con su balde lleno de luna y de agua, mientras en el fondo del pozo, de
una negrura temblorosa, vuelve a cuajar lentamente la moneda blanca.
La fama de Juana recorrió
un largo camino desde su nativo Melo y el colegio de monjas en el que
se educó hasta el homenaje que la consagra como Juana de América.
“Yo, sin embargo, me siento Juana del Uruguay”, expresó
entonces.
El Uruguay es tierra de poesía y de poetas, el gran novelista Hudson
así lo escribió en su inmortal obra narrativa titulada “La
tierra purpúrea”, creo que esto pocos lo pueden discutir
y quién más que Juana de Ibarbourou para representar la
belleza de nuestra poesía.
Falleció el 15 de julio de 1979.
Sus últimos años
los vive en una casona de la avenida 8 de Octubre, recluida, alejada del
mundo, pero el mundo no se alejaba de Juana.
Como dijera el gran crítico uruguayo Zum Felde “La poesía
de Juana de Ibarbourou es gozo de vivir y plenitud de amor”
“Es como una mañana diáfana, a pleno sol, jubilosa,
etc.”
Don Miguel de Unamuno le escribió así: “Veo por su
apellido que tiene usted sangre vasca, pues su apellido aunque usted lo
escribe a la francesa, es vasco puro”-“cabecera del valle”,
significa-, y yo soy vasco puro”.
En este espacio de
la biografía, queremos compartir lo que dice Juana, así
apreciaremos nuevamente su bello, cálido estilo, haciendo notar
la presencia de la naturaleza con todo detalle:
“La villa de Melo era, a fines del siglo,
pulcra, lisa, cuadriculada y blanca.
En el centro, un cuadrado mayor y libre, con caminos de naranjos y canteros
de pequeñas begonias de flores lanudas, era la plaza y luego los
cuadrilongos de las chacras de citrus, en la falda de una colina verde
y fresca.
Había muchos niños, pájaros y muchachas, de manera
que en todas sus calles, cuando no se sentían píos y cantos,
escuchábamos risas.”
de Ángeles
Pintados – Juana de Ibarbourou.
Cabe destacar que las primeras
obras de Juana de Ibarbourou estaban marcadas por una sana sensualidad,
sus últimos libros de poemas “Estampas de la Biblia”
(1934) y “Perdida” (1950) muestran una mayor madurez y un
carácter más reflexivo.
“Oro y Tormenta” (1956) muestra una actitud a la hora de enfrentarse
a la vejez y a la enfermedad.
RESUMEN DE SU OBRA – AÑO
A AÑO:
1919: “Las Lenguas de Diamante”
– poemas
1920: “El Cántaro Fresco” – poemas en prosa
1922: “Raíz Salvaje” – poemas
1924: “Páginas de Literatura Contemporánea”
1925: “Ejemplario” – libro de lectura para niños
1930: “La Rosa de los Vientos” –poemas
1933: “Invocación a San Isidro”
1934: “Loores de Nuestra Señora” – prosa mística
1934: “Estampas de la Biblia”
1935: “San Francisco de Asís” – prosa
1942: “Chico Carlo y su rifle” – relato
1944: “Chico Carlo” – prosa autobiografía
1945: “Roosevelt, Sarmiento, Martí” – pequeños
ensayos
1945: “Los Sueños de Natacha” – teatro infantil
(5 obras)
1945: “Puck” – radioteatro para niños
1950: “Perdida” – poemas
1953: “Azor” – poemas
1955: “Romances del destino” – poemas
1956: “Oro y Tormenta” – selección de sonetos
1958: “Canto Rodado” – lecturas para escolares y liceales
en colaboración con José Pereira Rodríguez)
1962: “Angor Dei” – poema
1962: “Mis amados Recuerdos (en La Mañana)”
1964: “El Dulce Milagro” – poemas (Antología)
1967: “Elegía” – poemas
1967: “La pasajera” – poemas – conjuntamente con
“Diario de una Isleña” – prosa – y “Elegía”
– poemas
1969: “Destino” – Cuentos varios ya publicados
1971: “Juan Soldado” – prosa
Es importante reiterar y resaltar
algunos aspectos muy importantes:
Sus poemas estuvieron poderosamente animados por imágenes vegetales
y animales.
La conciencia de la propia belleza la hizo cantar en búsqueda del
amor, ora casto, ora erótico. En esta última variante llega
a proclamar su triunfante desnudez (en “Salvaje”) y a expresar
su anhelo de sobrevivir una vez muerta, como belleza contemplada (en “Vida
garfio”).
Teme más a la vejez – destructiva de la belleza – que
a la muerte.
Juana de Ibarbourou fue capaz de escribir lo cotidiano pero sin caer en
la vulgaridad.
Tenía un talento precoz, desde joven llamó la atención
por su franca expresión de emociones juveniles, tonalidad que en
su poesía evolucionó posteriormente hacia otros motivos.
Cultora de la sencillez y la belleza de la imagen, se cuenta que escribía
versos para su hijo y que fue un médico, al leerlos que la convenció
de su valor como poeta.
Ella decía, que “su mejor poema”, “el poema vivo”,
era su hijo.
Alguien ha querido comparar la obra poética de Juana con las cuatro
estaciones del año:
“Las Lenguas de Diamante” – “primavera”
“Raíz Salvaje” – “el estío”
“La Rosa de los Vientos” – “el otoño”
“Perdida” – “el invierno”
No está mal, pero es un simbolismo innecesario y sobre todo inexacto.
Lo que sí se puede afirmar que en la poesía de Juana, domina
la primavera matinal, el júbilo, la expresión pagana de
la vida.
Su prosa es rica, brillante, armoniosa, modernista, parecida por su colorido
y luminosidad a la del uruguayo Gabriel Miró.
El chileno Arturo Torres Rioseco,
la enfoca así:
“Casada y feliz ha vivido
una satisfecha existencia doméstica y maternal, y luego se ha retirado
a meditar. En sus versos fue en un principio la cantora pagana de la carne
y de tumultuosas floraciones, pero su paganismo es sano. Ante todo logra
trasmutar con maestría las formas sensuales de la naturaleza en
modalidades subjetivas y en expresiones estéticas…
Además de ensalzar las alegrías de la vida y del amor tiene
un profundo sentimiento de su paisaje natal, que describe en versos llenos
de colorido y fragancia.
Durante los últimos años se ha encargado por completo a
la meditación y halla inspiración en lecturas místicas
y en temas bíblicos, cambio de interés que se refleja en
sus diversos libros de poesías.”
Utilizó maravillosas metáforas,
por ejemplo en “Salvaje”, “El fuerte lazo”, “El
dulce milagro” y en otros poemas.
Ama con pasión a los animales:
“tenemos
gallinas, canarios,
palomas y perros; de
casualidad no tenemos
un elefante”
- expresó
en cierta oportunidad -
También fue
amante de los árboles, pinos y álamos, de los que siempre
procuró rodearse.
Juan de Barro – Artiguense
– 15 de julio de 1979 – Uruguay: así le escribió
a JUANA:
JUANA:
Nombre sencillo
lleno de amor y ternura
hecho dulce poesía…
Naciste como una luz
y tu pluma escribió
las cosas más hermosas
de tu plateada existencia…
Creciste y fuiste
mito perdurable
para tu tierra americana…
Llegaste al corazón de oro
de los niños del mundo
y con ellos recorriste los senderos
de los sueños azules…
Tu amor a la vida
hizo de tu cuerpo un roble
de ejemplo y viva esperanza…
Hoy te vemos
partir en silencio
y los niños del mundo
te seguirán cantando a viva voz
“Juana de América”
Nombre sencillo
lleno de amor y ternura
hecho dulce poesía…
Un día, de un mes, de un
año JUANA DE IBARBOUROU, JUANA DE AMÉRICA, JUANA DE URUGUAY,
entró para siempre adonde pertenecía: EN LA INMORTALIDAD.
¡Recordémosla como
hasta ahora, SIEMPRE!!!!!!
Al hablar de Juana de Ibarbourou
nos parece que es importante hacer un juicio global de la poesía
uruguaya, aunque breve es importante destacar algunos aspectos:
Desde Julio Herrera y Reissig
hasta Juana de Ibarbourou la poesía uruguaya revela un alto dinamismo
y así como también un elevado nivel.
Son comunes a todos estos poetas: Julio Herrera y Reissig, María
Eugenia Vaz Ferreira, Delmira Agustini, Fernán Silva Valdés,
Carlos Sabat Ercasty, Emilio Oribe, Edgardo Ubaldo Genta y Juana de Ibarbourou,
los motivos del amor y la muerte.
La inquietud existencial tan característica se hace presente en
cada uno de ellos, con matices que van desde la angustia a la evasión,
del desencanto hasta el ensueño.
Anteriormente destacamos las bellas metáforas que predominaron
en la poesía de Juana de Ibarbourou.
“Las mujeres que escribimos en toda la América Española
nos sentimos dueñas de cierta carta de ciudadanía uruguaya,
táctica y afectiva a la vez”, dijo en cierta ocasión
Gabriela Mistral
En efecto, la poesía femenina creada en Uruguay a partir de los
últimos años del siglo XIX ha adquirido auténtica
dimensión continental.
Tres grandes figuras ilustran excepcionalmente esta brillante parcela
de la lírica: María Eugenia Vaz Ferreira, Delmira Agustini
y Juana de Ibarbourou.
Rubén Darío, como
lo hemos subrayado en su biografía, fue el gran poeta que inició
el movimiento renovador lírico en América: EL MODERNISMO,
el mismo se proyectó en Uruguay a través de una generación
de poetas: de Herrera y Reissig a JUANA DE IBARBOUROU.
BIOGRAFÍA
CONSULTADA:
“Chico Carlo” – Editorial Kapelusz S.A. (1971) Bs. As.
– Argentina.
“Los Latinoamericanos” – Serie: Los Máximos Creadores
– Editorial Perfil S.A. (1997) – Impreso en Argentina.
“El Gran Saber Larousse” – Biblioteca temática
universal – Literatura: Argentina – Chile – Uruguay
– por Ramón García – Pelayo y Gross –
Editorial EL PAÍS S.A. – Montevideo – Uruguay –
Impreso en Editorial Lord Cochrane S.A. - Chile
Diccionario Larousse Ilustrado
“De Ceibos y Calandrias” – Lenguaje 6to año.
– Judith Baco – Graciela Genta – 1ra Edición
– Impresora Polo Ltda. (1997) – Impreso en Uruguay.
“En Tierras Platenses” – Selección de los Maestros
Susana Iglesias y Diego González. Por la integración de
América en el “Año para la Tolerancia”. –
Impreso en Talleres Gráficos de Impresora Polo Ltda.
“Lecciones de Lenguaje” – Marina López Blanquet
– Ciclo Básico – 2do año (12da Edición)
– Impreso en las Escuelas Profesionales Talleres Don Bosco (1978).
Enciclopedia Encarta de Microsoft Corporation.
Revistas “Charoná”.
Serie “Colección de Oro del Estudiante” – Poesía
Uruguaya – De Herrera a Ibarbourou – Selección de textos,
resúmenes, análisis, biografía – Ernesto Livacic
Gazzano – Diario “El País” – Impreso en
Editorial Lord Cochrane S.A. – Chile.
Redacción
y Recopilación de Datos: Valentina Garcés Campbell.
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