Juan José Morosoli - (1899 - 1957)

 

CRONOLOGÍA

1899 – Nace Juan José Morosoli en la ciudad de Minas, Lavalleja, el 19 de enero.
El 25 de enero es inscripto por María Porrini uruguaya de 20 años, casada con Giovanni Morosoli Quadri, suizo, de profesión albañil. Es por esta profesión que él está ausente ese día.

1907 – Se matricula en la escuela “Artigas”, situada en Solís y Sarandí, allí es alumno del maestro Anastasio Bengochea.

1909 – En la escuela obtiene el primer triunfo como creador literario, con una composición cuyo tema fue: “El juramento de la Constitución”. El premio es un pasaje en ferrocarril a Montevideo, donde asiste a la inauguración del puerto de Montevideo, como miembro de la delegación oficial. Es la primera vez que ve el mar.
Deja la escuela para trabajar, primero como repartidor de un negocio, luego ayuda a su padre en el trabajo de albañil, en lo que su corta edad le permite.

1910 – Se inicia como mandadero y dependiente en la librería y bazar de su tío, César Porrini. Es allí donde comienza su labor autodidacta, leyendo en los ratos de ocio, todo lo que encuentra en los estantes de la librería.

1916 – Estudia dibujo con el profesor Brusadín.

1919 – Se instala por su cuenta en un pequeño café en la calle 25 de Mayo, Minas, posteriormente se instala en un salón lindero, donde comienza a funcionar el Café Suizo. Aquí comienza a reunirse un grupo de intelectuales atraídos por la personalidad de Morosoli, “Pepe”, como le llamaban.

1920 – Aproximadamente en esta fecha Morosoli se acerca por primera vez a la redacción del periódico “El Departamento”. “…yo oía hablar de Casas Araújo, Benavente y Cajaville, un día me acerqué… pues en Minas, como en todos los pueblos, las redacciones son capillas de arte y, acercándose, un día el forastero es de la casa”.

1922 – El periódico “El Departamento” le crea la obligación de escribir y se la crea a un grupo de intelectuales..

1923 – Reencuentro de Morosoli con Luisa Luppi, que posteriormente será su esposa.
En este año adquiere la barraca de Aguerrebere, y en este lugar se reúne el grupo de intelectuales, con algunas variantes en el número de sus componentes, con respecto al que se reunía en el “Café Suizo”.
Termina de escribir, en colaboración con Casas Araújo, “Poblana”, obra dramática, que estrena la compañía de Carlos Brussa en el teatro “Escudero” (Minas).

1924 – “Poblana” es estrenada en Montevideo en el teatro “Artigas”.

1925 – “La Mala Semilla” es estrenada por la misma compañía en Minas. Se edita “Bajo la misma Sombra”, impreso en la editorial del periódico “El Departamento”. Este libro reúne versos de M. Cajarville, Valeriano Magri, Julio Casas Araújo, Guillermo Cuadri y Juan José Morosoli. Los poemas de Morosoli en dicho libro, aparecen bajo el título de “Balbuceos”.

1926 – Se estrena “El Vaso de la Sombra”, el 30 de marzo, por la compañía de Rosita Arrieta, bajo la dirección de Ángel Curotto. Esta obra, igual que los dos dramas anteriores, fue escrita conjuntamente con Casas Araújo.

1927 – Comienza su colaboración con cuentos y notas en el periódico “El Terruño”, ésta se extenderá hasta el año 1946.
Su tarea periodística la realiza bajo el seudónimo de “Pepe”.

1928 – Publica un libro de poemas, esta vez él solo, “LOS JUEGOS”. En adelante hallará su medio expresivo en la narrativa, el cuento.
Inicia una serie de conferencias cuyo tema será, Minas y sus habitantes en todos los aspectos de sus vidas… Dichas conferencias tienen lugar en las escuelas y los liceos hasta el año 1957.
Se representa en Montevideo, “El Vaso de Sombra”, en la temporada oficial de “La casa de Arte”, ésta tiene poco éxito por parte del público y la crítica.

1929 – Contrae matrimonio con Luisa Luppi, maestra, ambos amigos desde la infancia.
Probablemente en esta época se inicia la amistad de Morosoli con Santiago Dossetti, que será fructífera para ambos.
Inicia su colaboración con cuentos y notas en la revista “Mundo Uruguayo”, hasta el año 1953.

1932 – Publica su primer libro de cuentos “HOMBRES”, que recibe en este mismo año, el premio del Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social.

1933 – Inicia su colaboración periodística en el diario “El Día”, enviando críticas y cuentos que serán publicados en el suplemento dominical de dicho diario. Hasta su muerte realiza dicha colaboración.

1936 – Su segundo libro de cuentos LOS ALBAÑILES DE “LOS TAPES”, desde este año hasta 1953, la “Revista de Minas” se ve enriquecida con su aporte.
Integra la delegación oficial que viaja a Buenos Aires, para la repatriación de los restos de Horacio Quiroga. Viajará también a Porto Alegre (Brasil), pero jamás llegará a Europa, a la Suiza de su padre como anhelaba.

1944 – Publica “HOMBRES Y MUJERES” que recibe el premio del Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social. Este libro es punto fundamental en la evolución de la narrativa de Morosoli.

1945 – Publica “PERICO”, que constituye una serie de cuentos infantiles.

1950 – Publica “MUCHACHOS”, esta obra recibe el premio del Ministerio de Instrucción Pública.

1953 – Publica “VIVIENTES”: cuentos.

1957 – Muere Juan José Morosoli, el domingo 29 de diciembre, posiblemente de un ataque cardíaco. Ese mismo día el escultor José Belloni y su hijo le hacen una mascarilla fúnebre de yeso.

1959 – Primera edición de “TIERRA Y TIEMPO”, libro que entregó a una editorial argentina, poco antes de su muerte.
Recibe el Premio Nacional de Literatura, que por primera vez se otorga en forma póstuma.

1962 – La editorial Banda Oriental publica “El Viaje hacia el Mar”, bajo cuyo título reúne cuentos inéditos de Morosoli.

 

Material Extraído de Obras de Morosoli “La Soledad y la Creación Literaria” – Ediciones de la Banda Oriental – Heber Raviolo - Montevideo 1971.

Morosoli paralelamente a su obra narrativa desarrolló una incansable labor como periodista y conferenciante, siempre vinculada a su preocupación por la cultura provinciana de su Minas natal.
Sobre todo en las décadas del 40 y 50 Morosoli hablará incansablemente en liceos, escuelas, centros de enseñanza superior, instituciones culturales y hasta deportivas, de algunos temas y problemas que pasan a constituirse en su preocupación central y que se unen en forma firme y compacta con aspectos esenciales de su narrativa.
Algunas de estas conferencias fueron pulidas y publicadas como ensayos por el propio autor; otras quedaron sin publicar.
El siempre leía sus conferencias sin perdonar ni puntos, ni comas.
Por supuesto que Morosoli no siempre es expositivo y discursivo, aflora siempre el narrador.

Aspectos fundamentales de la narrativa de Morosoli:

El campo vacío
La soledad
El silencio
El fatalismo
La vida sin rumbos
El desamparo esencial de unos seres que constituyen una verdadera resaca social, lo que va quedando de una sociedad en tránsito inevitable hacia la extinción.

Morosoli tiene en su arte, una paradoja, por la raíz de la cual tal vez se nutran algunos de los rasgos más originales de su obra.
Por un lado, desde su posición declaradamente socialista, contempla la situación de un campo despoblado, abandonado, sin gente y sin árboles, donde la vida se hunde angustiada en una inmensidad vacía.
Ante ese campo vacío, lleno de soledad y silencio, Morosoli se plantea una transformación: ganadera y agrícola.
Aquí está la paradoja: es consciente que esos seres que habitan ese campo vacío, aferrados a pequeños oficios que sólo les permiten sobrevivir, son seres que socialmente están condenados a desaparecer cuando se produzca esa transformación social y económica.
Pero, por otro lado, como artista, no se considera un profeta, ni se siente inclinado a inventar una rebeldía que no existe, por lo menos en las grandes masas.
Constata que le ha tocado ser el contemplador de una época de tránsito y afirma lo imperioso de ese tránsito, pero al mismo tiempo siente la necesidad de apresar en su arte esos seres, ambientes y costumbres.

“Mi trabajo de narrador se ha dirigido al sencillo fin de anotar algunos aspectos de un tiempo, que es el tiempo en que se está cumpliendo aquella transformación. Si alguna vez mis narraciones han tenido otra dimensión, tanto mejor”.

En la misma charla:

“Alguna vez sentí que en los simples y humildes está a veces la poesía la van mostrando a medida que la sienten, no como un concepto sino como un sentimiento inseparable de la vida. Y comprendí que estar cerca de ellos, y saber recibirlos en espíritu, es una forma inefable de la fraternidad y del amor. Comprendí que lograr su amistad y su confidencia y un lugar bajo su techo es ya una forma de consagración y que mostrarlos cual son, no es una forma torpe de pintor, sino una forma de comprender.
Porque deben saber ustedes que narrar los grandes sucesos es más fácil que entrar a estas vidas para verlas en su grandeza elemental, que es decir en su grandeza virginal donde no entra nada que ya no esté dentro del hombre. Y entonces sigo mirando, deteniéndome, contando cosas que los tiempos cambian, vidas que un día se van por el camino de todos, vidas que a mí me quedan para ayudarme a sentir mi propia vida…”.

Es precisamente esta dimensión lírica que se suma a su aguda observación de la realidad y su preocupación social.
Será imposible entender en profundidad mucho de sus mejores relatos, si no se tiene en cuenta que en ellos hay una transposición poética de la realidad.

SUS OBRAS

Los Albañiles de “Los Tapes” es el libro más famoso y elogiado de Juan José Morosoli (1936).
Ya se anunciaba la fuerza de una voz nueva y original.

Otra obra: “Hombres” (1932).

“Muchachos” y “Tierra y Tiempo”: son dos libros que también son situados en un nivel muy alto.

Los Albañiles de “Los Tapes”: fue una culminación de un período de la obra de Morosoli, abierto por “Hombres”.
Dicho período se caracterizó por un estilo singularísimo, por una voz absolutamente nueva en nuestra narrativa que no surgía de ningún antecedente literario, sino de la transposición, áspera, llena de fuerza y sin pintoresquismos, de las formas del habla popular al lenguaje escrito.

“Muchachos”: a partir de este libro su estilo se irá puliendo, se irá haciendo más literario, tendrá una culminación en la espléndida riqueza estilística de los cuentos de “Tierra y Tiempo”.

“Hombres” y Los Albañiles de “Los Tapes” tienen en común, es decir que lo característico es la imitación del lenguaje oral que se da no sólo en los diálogos, sino en las partes puramente narrativas, a tal punto que cuesta definir si está hablando el autor o algunos de los personajes.
Esa imitación es al mismo tiempo recreación, que se hace desde dentro, gracias a la profunda experiencia que de él y de sus “vivientes” tiene el autor y a una capacidad lírica que transforma las cosas sin traicionarlas.
El estilo es una especie de desbordamientos de giros y expresiones populares, que sobrepasando los diálogos, se instalan en todo el relato, inclusive a través de formas ortográficas incorrectas, por ejemplo se utiliza la forma “pa” en vez de “para”, o la terminación “ao” en vez de “ado”.
Faltas ortográficas se incorporan naturalmente a las características estilísticas de la obra.

Los Albañiles de “Los Tapes” está emparentado con toda una tradición de la narrativa hispanoamericana, la que plantea en términos dramáticos, conflictuales, el tema de la adaptación del hombre a la naturaleza.
Aquí el poder aplastante del paisaje surge, más de su propia fuerza, de su soledad.
Lo que tiende a anular a esos hombres es el desierto que ese campo es.

Son unos trabajadores que “sufren” el campo aquél, dice Morosoli.

Morosoli plantea en este libro dos dramas: la amistad (perder amigos, encontrar amigos) y el drama del hombre vencido frente a la naturaleza insensible.

El elemento importantísimo en la narrativa de Morosoli es el campo.
En este libro: un campo frío, hostil, sin árboles.
El hombre deshaciéndose ante el paisaje, contagiándose de esa soledad, como una enfermedad. El hombre con una sensación de alejamiento de su propia vida.
Parecen, los hombres, definitivamente, integrados al paisaje, pasando a ser un elemento más de él, partícipes totales de su insensibilidad.

Se observa como los hombres, los animales, las cosas, se deslizan con miedo de alterar el silencio. Casi todos estos pasajes que narra Morosoli son de los más poéticos que haya escrito, su facultad lírica, siempre presente, parece acendrarse más.
Son todos ellos, la expresión angustiante de una soledad sin límites, de la verdadera soledad, más allá de la soledad sin gente.

Se observa, en este libro, que ocurre algo contrario a lo que es común en gran parte de la novelística hispanoamericana, aquí el resultado no es el aniquilamiento, ni la anulación de los seres.
Los personajes vencen el paisaje, poseen una voluntad y una conciencia de su drama, que les permite salvarse: la huída o la búsqueda de otros horizontes.

Material Extraído del libro del Banco de Seguros del Estado – Almanaque 1987 –Sobre “Los Albañiles de los Tapes” por Alejandro Paternain –

La obra de Juan José Morosoli tiene valores indiscutibles, considerado uno de los más firmes narradores uruguayos, su obra ha sido un ejemplo de autenticidad humana.
Junto a Enrique Amorín, Francisco Espínola, Julio Da Rosa, Mario Arregui, Luis Castelli, José Monegal, Yamandú Rodríguez, Serafín J. García, se ha convertido en uno de los más aceptados culteros del cuento “campero”, del texto narrativo que retrata al paisaje y al hombre de nuestro interior.
Morosoli, el minuano, hablaba para uruguayos y probablemente sólo para uruguayos.
En buena medida, la grandeza de Morosoli consiste en apelar, con hondura excepcional, a nuestra condición de uruguayos.

Los Albañiles de “Los Tapes” – este relato revela el drama de los habitantes de nuestros campos, los conflictos, las relaciones de las gentes con su medio.

Morosoli presentó los problemas con admirable veracidad.

Este libro permite la variedad de lecturas y evidencia la riqueza de planos que Morosoli manejó con sabiduría.
Existe un plano que maneja las relaciones de los hombres entre sí, de sus amistades y sus vínculos de trabajo.
Otro plano: las relaciones amorosas.
Otros planos: son densos y sugerentes: la relación entre el hombre y la naturaleza, entre estados de ánimo y paisajes y las reflexiones de hombres humildes y desposeídos que procuran entender sus situaciones de injusticia.

En la obra de Morosoli, y en especial en Los Albañiles de “Los Tapes”, el retrato de nuestra vida rural es tan auténtico y se impone con tanta fuerza y a la vez con tanta naturalidad, informándonos acerca de nuestro campo, acerca de los poderes que ejerce la naturaleza sobre el hombre.

Leemos en los “Albañiles”: “No se veía más que el campo angustiado”

Es todo un conjunto = la angustia y tristeza = los rancheríos miseria – hombres y mujeres solas – niños condenados a vagar y no tener raíces.

La angustia y la tristeza distorsionan todo: hacen del amor entre el hombre y la mujer un ejercicio para aliviar soledades, hacen del trabajo un terreno de inseguridades permanente, una agonía zafral.

Cabe destacar que ninguno de los hombres que abundan en las narraciones de Morosoli tienen tierras, salvo una sola: la tierra del camino.

Un cuadro de desolación, de patéticos conflictos, en los que las vidas humanas van perdiendo su propia sustancia, devoradas por la vastedad de los campos ajenos, y tragados por la desposesión, sobreviviendo no con trabajos reales, sino con caricaturas de trabajo.


JUAN JOSÉ MOROSOLI según ADRIANA FELIPE – Vida y Obra – Ediciones de la Casa del Estudiante.

VANGUARDISMO

TELURISMO LINGÜÍSTICO

Las lenguas indígenas son sustituidas por la lengua española del conquistador al producirse el exterminio de la raza indígena.
En algunos territorios ese exterminio es parcial, en otros es total, pero quedan mestizos y criollos, hijos de españoles nacidos en esta tierra que necesitan expresarse literalmente y por lo tanto deben crear una forma lingüística que responda a su lenguaje propio.

Se distinguen dos formas ligüísticas: cultura castiza: utilizada como medio de expresión literaria y la coloquial popular de América Latina, totalmente alejada de la forma culta.

Ruben Barreiro Saguier dice:

“De todas maneras aunque el idioma español se impuso… no se logró detener el proceso de americanización del castellano en el nuevo continente… en lo que se refiere a términos, fonemas, construcciones gramaticales, giros, esquemas morfológicos, proceso que venía realizándose desde los orígenes del contacto cultural”.

Es este producto lingüístico fusión de dos culturas, la que utilizarán los escritores criollistas.


INFLUENCIA DEL VIEJO CONTINENTE

Los escritores criollistas deben buscar su propio medio de expresión.

El parnasianismo: reacciona contra el romanticismo buscando una poesía descriptiva (T. Gautier – Verlaine).

El simbolismo: opuesto al parnasianismo, centra su atención en su contenido y no en la forma (Malarmé y Rimbaud)

A medida que nos acercamos a las décadas del 20 y del 30, más se incorpora al lenguaje de la elaboración literaria, palabras indígenas y palabras criollas, según sea el escritor.


LOS AÑOS 20 y 30 en EUROPA

Este período se halla entre las dos guerras mundiales, es un ambiente de gran tensión y también se suma la crisis económica europea que comienza en 1929.

A principio de siglo:

Existen dos corrientes ideológicas: comunismo y nazifascismo.
Hay una renovación en artes y ciencias:

en ciencia - Albert Einstein (1879-1955) – con la teoría de la Relatividad modifica los conceptos de espacio y tiempo.

en pintura – Picasso (1881-1973)

en música – I. Stravinsky (1882-1971)

en literatura – J. Joyce (1882-1941) con “Ulysses” en 1920.

en Psicología y medicina – gran revolución – S. Freíd (1856-1939) – revolucionaria teoría de la actividad mental.

Después de la guerra del 14: aparece la literatura Vanguardista.

Surgimientos:

En Italia - Futurismo: creado por Marineth (1909) en una reacción contra el academismo y las viejas fórmulas.

En Alemania – Expresionismo: caracterizado por hacer una interpretación subjetiva de la realidad, realzando los valores o aspectos que consideran más significativos.

En Francia – Dadaísmo y Superrealismo (surrealismo).
La mejor orientación acerca de lo que es el surrealismo lo hallamos en el “Manifiesto Surrealista” de A. Breton : “… el surrealismo es el dictado del pensamiento, libre de todo control de la razón y de toda preocupación estética o moral”.

El dadaísmo nace en Zurcí (1916) y su creador es Tristán Tzara, pero es en Francia que adquiere real importancia y se convierte en precursor del surrealismo.
El dadaísmo tiende a eliminar toda relación existente entre el pensamiento y la razón, la expresión de su carácter era puramente negativo.
Este movimiento nace durante la guerra.

En España - Ultraísmo: corriente que preconiza el retorno a una poesía pura y desprovista de toda anécdota narrativa o amorosa, contando también con una renovación del léxico; reunía a todas las corrientes europeas de la época.
Es este movimiento, el mismo que en América Latina toma el nombre de Vanguardismo y busca rescatar ciertas corrientes de la tradición, para así poder integrar, a un todo común, pasado y presente, en la expresión literaria.
Al romanticismo le sigue el modernismo que surge en América, pero tiene fuentes francesas, cuyo sucesor sería el vanguardismo.
El vanguardismo adquiere inflexiones diversas en los diferentes países americanos.

En 1921 Borges lleva a su país, Argentina - el Ultraísmo.

En México – M. Arce lanza – el Estridentismo (1925).

En Perú – Hidalgo lanza – el Simplismo.

Esta es precisamente una de las características del Vanguardismo, cada uno puede crear su propia corriente.


POESÍA

La poesía de los años veinte y treinta está signada por el agotamiento del modernismo, que dará lugar fundamentalmente a dos corrientes poéticas; posmodernismo y ultramodernismo, ambas son reacciones contra determinados aspectos del modernismo y son las dos facetas del vanguardismo lírico.

El posmodernismo está caracterizado por una búsqueda de la simplicidad y la intimidad lírica.
Entre estos poetas se destacan: Gabriela Mistral, Carlos Sabat Ercasty, Porfirio Barba Jacob, José María Eguren, Luis Llorens Torres.

El ultramodernismo: son los partidarios de romper con el pasado, éstos son los poetas más audaces, los inconformistas y revolucionarios.
Buscan acentuar los aspectos del modernismo, que tendían a la libertad del artista y la creación individual.
Forman parte de este grupo:
César Vallejo, Jorge Luis Borges, Vicente Huidobro, Pablo Neruda.

POESÍA NEGRA:

El interés por la cultura y los temas africanos nace en Europa con las investigaciones de Leo Frobenius (1873-1938) sobre África.
Esta poesía está basada fundamentalmente en los efectos musicales logrados mediante la utilización de aliteraciones, paralelismos, onomatopeyas, el ritmo interior y una marcada tendencia a la sensualidad.
Los máximos representantes de la literatura de este tipo son: Nicolás Guillén, Emilio Ballagas, Ramón Guirao (cubanos), Luis Palés Matos (Puerto Rico).

NOVELA

Dentro de la narrativa del vanguardismo hay un grupo de escritores que se destacan: Mariano Azuela (1873-1952), José Eustaquio Rivera (1888-1928), Rómulo Gallegos (1884-1969), Alcides Arguedas (1897-1946), Ricardo Güiraldes (1886-1927), Benito Lynch (1880-1951).
Se dividen en novela subjetiva y novela objetiva.

Novela subjetiva: es la que plantea más dificultades al escritor, por el dominio que ella exige para su creación.
Si bien tiene un tono lírico, no debe ser confundido con el romanticismo.
En este tipo de novela, el narrador nos presenta la realidad como él la siente (no la realidad como es).

Novela objetiva: En este tipo de novela la tónica fundamental es la verosimilitud, aún cuando el tema es producto de la imaginación.
Por la forma en que la narrativa objetiva trata los temas, posiblemente se convierte en la vida documentada de América Latina.
En esta literatura se puede observar la amplia capacidad de percepción del mundo que poseyeron los escritores, para quienes los problemas sociales de los hombres no pasaron desapercibidos, todo lo contrario, la narrativa es testimonio de su tiempo.
La objetividad es heredada del realismo español pero recibe vida propia de la tierra americana.
Puede ser dividida, este tipo de novela en regional, costumbrista, naturalista: esta clasificación la crean los investigadores para facilitar su trabajo, no los escritores.
Alguna puede tener aspectos de las otras, por ejemplo: una regional puede tener características costumbristas.

LITERATURA EN URUGUAY

En los años 20 y 30, los escritores uruguayos y argentinos dejan de preocuparse de lo que llega del viejo continente y se preocupan por su propia tierra, observándola.

El criollismo prepara el nacimiento del nativismo.

EL CRIOLLISMO: se queda en el elemento típico nacional y en todo aquello que tiene que ver con el pintoresquismo del hombre que está más apartado de la civilización ciudadana.
Luego aparece el nativismo (como dice Zum Felde) casi paralelamente en Uruguay y Argentina.
No hay que olvidar que ambos países tiene condiciones socioculturales que favorecen movimientos literarios similares.

EL NATIVISMO: es un movimiento artístico más que literario, comprende: la música, la escultura, la literatura.
El nativismo es tratado con mayor autenticidad, mayor profundidad, dejando de lado el pintoresco, deteniéndose más en la realidad del “hombre del interior”, planteando su situación social, su forma de vida.

El nativismo cultiva un estilo más llano y sencillo; pero no logró dotar a sus temas de la universalidad necesaria, dándole importancia excesiva al localismo.

Este aspecto de lo nacional en la literatura alcanzó la narrativa, la poesía y la crónica.
En este campo no debemos olvidar la labor de Justino Zabala Muniz.
El nativismo también llegó a la expresión plástica: Pedro Figari y José Belloni.
También llegó a la música: Eduardo Fabini (cuando vuelve de Europa a Uruguay va a componer a Minas un reencuentro consigo mismo).

LAS REVISTAS

Las revistas son los órganos literarios de cada país.
En Uruguay:
“Los Nuevos” (director Pereda Valdés): la primera revista que reacciona contra el modernismo, aceptando los movimientos ultra y las nuevas formas.
“La Cruz del Sur”
“Teseo”
“La Pluma”
Las tres últimas no son renovadoras, viven entre las dos tendencias: el Modernismo y el Vanguardismo.

LOS CENÁCULOS

Son centros de expresión cultural.
En estos centros se reúnen los jóvenes intelectuales, no sólo se discuten las corrientes literarias de que tienen noticias, sino que también se leen, por parte de los mismos autores, las obras nuevas, ya sea en forma fragmentaria o total.

Otra actividad de los cenáculos era la crítica literaria.

MONTEVIDEO – CENÁCULOS:

El Bar “Tupí Nambá” (1918): estaba en apogeo.
Llegan del interior y del exterior.
Se reunían artistas plásticos, educadores, literatos y ensayistas, también deportistas, comerciantes e industriales, jubilados, expatriados políticos, carreristas.
El maestro de ceremonias es el dueño y fundador: Francisco San Ramán.

“El Británico”, de los hermanos Tramontano ubicado en la Plaza Independencia, reunía a un grupo integrado sólo por literatos.

El café “Ateneo” de la plaza Libertad, se reunían poetas.

“Mercedes Pinto”, nucleadora de un grupo de literatos nacida en Tenerife (Islas Canarias), ejerce una influencia benéfica en Montevideo, funda “La Casa del Estudiante”: se reúnen varios intelectuales de la época.

MINAS

Surge un centro cultural importante en la ciudad de Minas.
Había exposiciones de pintura, de escultura.
También en Minas funcionan cenáculos. El más importante, en la editorial de la ciudad y otro con aspectos muy especiales, en el “Café Suizo”, bar cuyo dueño era J. J. Morosoli, que posteriormente se trasladará cuando Morosoli adquiera la barraca, estaría en el local de ésta.
Se reunían no sólo intelectuales, sino también gente de paso y peones que estaban al servicio de Morosoli.
Surge en Minas una generación de literatos. Su nacimiento oficial fue alrededor del año 1925, fecha de publicación del libro: “Bajo la misma Sombra” en el cual participan los escritores: Cajarville (funcionario policial), Cuadri (herrero), Araújo (dentista) y Morosoli.
Estos escritores respetan la forma de pensar ajena.
A estas figuras del ambiente literario minuano, posteriormente se incorpora Santiago Dossetti (“Los Molles”), sirvió por su calidad para consagrarlo en las letras nacionales.

Narradores uruguayos más sobresalientes: Felisberto Hernández, Justino Zabala Muniz, Enrique Amorío, Santiago Dossetti, Juan José Morosoli.

Los poetas: Esther de Cáceres, Idelfonso Pereda Valdés, Juan Cunha, Emilio Furgón, Enrique Casaravilla Lemos, Fernán Silva Valdés, Pedro Leandro Ipuche, entre otros.

MOROSOLI: FRAGMENTOS DE CORRESPONDENCIA

Fue un hombre que jamás se separó del escritor, que habla con un lenguaje sencillo.
Solo desea comunicarse y ser comprendido.

A Leoncio del Barrio:

“… pero le doy a la emoción, que pueda despertar en un amigo con una palabra, la importancia que tiene y que está más allá de lo meramente literario… Entre mis ambiciones figura la de llegar a merecer, el calificativo de Hombre,… y luego ser sincero y bueno”.

En sus cartas también descubrimos su pensamiento y aquello que no dejó de traslucir abiertamente en su obra, pero que en su correspondencia, donde habla el hombre, lo muestra claramente, en su concepción del mundo, en el cual entra Cristo.

En el siguiente texto:

“… a nosotros no nos ha tocado tan tremendo destino sin duda, y muy poco, desgraciadamente podemos hacer por la felicidad de los demás pero sí podemos hacer algo por nosotros mismos, llenándonos de ese “algo” que es “todo” de lo que trajo a la tierra aquel “adolescente” … y quiero decir simplemente que uno tiene canteras inmensas, en lo profundo donde entra la greda hay sin duda buenos metales.”

Morosoli practicó desde el punto de vista literario, la filosofía cristiana.
Morosoli hombre y Morosoli poeta practica la caridad cristiana, de la misma forma en que la predicaba Cristo.

Dios y la naturaleza estaban íntimamente unidos para Morosoli.

Su carta a Leoncio del Barrio (refiriéndose a su niñez):

“… es que eran los días en que sin saberlo estábamos nutriéndonos de las cosas naturales y eternas: nube, sol, agua, piedra.
Este andar en el paisaje nos hizo panteístas sin saberlo y hoy damos al aire nuestra filtrada emoción de aquellos días en que a pesar de andar matando pájaros y diciendo malas palabras estábamos más cerca de Dios”.

Como piensa Morosoli del cuento y la naturaleza, el cuento y el hombre-personaje, el cuento y la gramática, entonces habla el escritor que aconseja a un amigo del mismo oficio.

Fragmentos enviados a J. C. Da. Rosa:

“… el cuento tiene que tener sólo una presencia, paisaje, hombre, hecho y cosa que condense todo.
… Se necesita andar con el hombre que uno pinta. Andar con él por el pasaje y por dentro de su drama o su alegría y este andar por dentro sólo se logra con fraternidad total
... Ud. y yo sabemos lo que significa el silencio como disolvente y como fundidor de amistades, y sabemos que podemos estar callados o hablando bien colmados de esa indefinible y bella cosa que es una forma de fraternidad, arañando el amor.”

ASPECTOS DE LA NARRATIVA MOROSOLIANA

Desde su primer libro “Hombres” (1932) hasta el último, “El viaje hacia el mar” (1962) se observaba en el escritor tanto un proceso evolutivo, en el cual su obra va a ir despojándose de todo elemento innecesario.
Va adquiriendo mayor sobriedad y expresividad en su estilo narrativo.

PERSONAJES

El personaje morosoliano es coincidente en sus caracteres con el hombre de campo, el mismo que en cualquier localidad del interior vive en el pueblo o en sus alrededores, pero sin otra ambición de vivir y hay veces en que aún esta ambición desaparece en el personaje.

PERSONAJE Y TÍTULO

También va a ser el personaje el nominador del cuento, directa o indirectamente.

Directamente: cuando el nombre del personaje es coincidente con el del cuento.
Indirectamente: a) cuando el cuento va a ser nominado por el oficio del personaje, en este caso el personaje representaría a los poseedores de este oficio en el campo.
b) la situación propulsora de la narración sería la nominadora del cuento, ejemplo: Las cortas de Maíz (Hombres).

PERSONAJE Y AUTOR

En cuanto al aspecto mental de los personajes, Morosoli va a utilizar dos formas: a) describirlo desde el interior del personaje, narra lo que siente y piensa en las diferentes situaciones.
b) describirlo desde el exterior, no vamos a saber (en oposición al primer caso) lo que el personaje piensa, solo vamos a verlo actuar. El autor no nos informa de los pensamientos y razones que lo llevan a actuar de esa forma.
El personaje es enigmático para el lector.
Podemos decir que el narrador es omnisciente, lo cual según T. Tadorov es cuando el autor (narrador) reduce al mínimo el deseo de justificar sus conocimientos.

EL PERSONAJE Y SU RELACIÓN CON EL PAGO

Según Arturo Sergio Visca el personaje se puede dividir en dos grupos según la relación del personaje con la tierra en que vive: los nómades y los sedentarios.

Nómade: es aquel que necesita andar.
No hay razones vitales para ese nomadismo, cada personaje lo explicará de diferente forma.
Por momentos parece que el caminar es una forma de enriquecer la monotonía de sus vidas.
Se opondría la pobreza material a la riqueza de conocimiento de “camino”.

La soledad voluntaria es la de quienes están solos premeditadamente, que no desea compañía (ejemplo: Hernández de “Hombres y Mujeres”), solo le interesa trabajar, comer y dormir.

(En Andrada – “Hombres”): a veces la soledad es casi involuntaria, le hace de su silencio, de su incapacidad para retener compañeros de pieza, pero esto no es motivo de gran preocupación para él.
En cambio, sí es motivo de preocupación para otro personaje (Juan Pedro), otro compañero (“Hombres y Mujeres”): para él la soledad no deseada es angustiante, su soledad se opone a la de su compañero que se autodefine por sus silencios.

Otra forma de soledad involuntaria es cuando los personajes viven solos, pero la soledad es interrumpida por una mujer. Esto se ve en “El Garcero” (“Hombres y Mujeres”) y “El Estaquero” (Los Albañiles de “Los Tapes”).
En los dos cuentos los personajes ponen fin a su soledad, que es producto de la vida que le impone su oficio, formando pareja con una mujer.

La soledad más dolorosa es la de los personaje que buscan sin hallar, su propia estabilidad en los otros. Son en esencia seres débiles, cuya razón de ser está en los demás, y estos serán quienes van a cambiar sus destinos (“Cirilo” es el caso de este personaje en Los Albañiles de “Los Tapes”).

Podemos afirmar que no hay un solo personaje que en un momento de la narración no haya sido poseído por la soledad.
El mismo Morosoli nos dice en “La Soledad y la Creación Literaria”: “… el hombre empieza cuando comienza en él a crecer la soledad” y así como cada hombre es diferente a los demás y la soledad se manifiesta en ellos, cada personaje vivirá su soledad total o parcial de diferente forma.

EL PERSONAJE Y EL SILENCIO

Hay momentos que el silencio se transforma en el protagonista que une o separa personajes.
Podríamos agregar parte de una epístola del mismo Morosoli en la cual dice el valor del silencio, en cuanto elemento fundamental de la amistad: “…Ud. y yo sabemos bien lo que significa el silencio como disolvente y como fundidor de amistades, y sabemos que podemos estar callados o hablando bien colmados de esta indefinible y bella cosa que es una forma de fraternidad, arañando el amor.”

El pensamiento de Morosoli no sólo se aplica a los hombres sino también a los personajes y muestra su forma de ver al hombre-personaje y el silencio.
Este por momentos cumple la función de magnificar la soledad en la que se encuentra el personaje.

EL PERSONAJE Y EL PAISAJE

El paisaje acompaña al personaje en su alegría o su tragedia.
Se marca la crueldad del paisaje que obliga al personaje a enfrentarse a la realidad.

El autor opone la ilusión y la realidad, mostrando la capacidad destructora del paisaje y su valor funcional dentro del cuento.
El autor se detiene en el paisaje sólo el tiempo necesario para mostrar su importancia con respecto al personaje y su situación.
La descripción del paisaje no es muy extensa, solo lo necesario para integrar el paisaje al estado de ánimo del personaje.

En las descripciones paisajísticas de Morosoli vamos a notar que las imágenes visuales se unen a las sonoras y auditivas.

EL PERSONAJE Y LA MUERTE

La muerte es presentada tan naturalmente que deja de ser tema literario para ser descripción de la realidad.
Los personajes de Morosoli mueren sin dramatismos, mueren naturalmente, la vida debe enfrentarse y la muerte es un dejarse ir sin sufrimientos.

Enfrentamiento con la muerte:
Formas de presentarse:

a) El personaje, la mayor parte de las veces, no se da cuenta de la proximidad de la muerte. El lector se enfrenta a la muerte del personaje de la misma forma que él.
La palabra “murió”es eludida y aludida indirectamente en una forma de expresión poética en la cual las palabras van a referirse indirectamente a aquello que sólo se desea sugerir.

b) En otros casos el personaje es consciente de su agonía, pero difícilmente se queja de su destino o manifiesta la cercanía de su muerte.

La resignación es un elemento común a todos los personajes de Morosoli, hay en ellos una aceptación total del propio destino, con lo que éste acarrea de sufrimiento.

No hay patetismo como recurso literario, la muerte es un recurso poético.
Personajes y lector esperan juntos el desenlace, pero sin que se alce una sola voz.

c) Una forma diferente de enfrentarse a la muerte es el caso de “Pablito” de “Vivientes”: enfrenta a la muerte con una especie de pudor.
En este personaje la muerte es una forma de escape a las curiosidades ajenas y un tratar de no molestar ni aún en ese momento.

SIESTA

Término Siesta (según la Real Academia Española): Tiempo después del mediodía, en que aprieta más el calor // Sueño que se toma después de comer.

Morosoli agrega un nuevo valor semántico: momentos en que las pulsiones eróticas de los personajes afloran.
La siesta va a adquirir el valor desencadenante de las pasiones de varios cuentos.

Cabe destacar que la siesta en Minas es el momento en que todo se tranquiliza.

En el cuento “Loreta” – del libro “Hombres – la siesta es el momento en el cual los personajes dejan de ser dueños de su voluntad lúcida y surge lo erótico, como una fuerza indomeñable que le quita validez a la resolución de Loreta: “…nunca más le pasaría aquello”.

COMPOSICIÓN

La composición de Morosoli es muy particular.
El narrador plantea en sus cuentos la situación de un personaje y a partir de allí da la totalidad del cuento, rescatando hechos significativos del pasado, presente y futuro del personaje, sin respetar el orden cronológico. Importan los elementos que sirven para dar una visión total del personaje.

F. Espínola dice en el prólogo de la segunda edición de “Hombres”: “Rara vez sus cuentos ofrecen la sucesión normal y completa del tiempo, Morosoli hace confluir distintas horas de las vidas que pinta, sobre el momento de la narración. Esta constituye generalmente un punto fijo y de escaso movimiento. Cuando se adelanta lo hace dejando bruscas soluciones de continuidad”.

LOS DIÁLOGOS

Hay casos en los cuales el narrador se transforma en interlocutor de su personaje y otros en los cuales el narrador termina su discurso con un pensamiento del personaje.
No siempre sabemos con certeza si el que está hablando es el autor o el personaje.

Muchas veces logra expresar el discurso interior del personaje.
Esta forma de expresión logra que el estilo sea más emotivo, el autor se sitúa más cerca afectivamente del personaje, logrando que el lector se sienta más implicado sentimentalmente y comprenda intuitivamente aquello que no se va a explicar de la psicología del personaje.

También vamos a ver, como en determinadas circunstancias los personajes utilizan, el habla coloquial regional, proporcionando a la narración mayor verosimilitud.


LO ERÓTICO EN LOS CUENTOS DE MOROSOLI

Material Extraído del prólogo de “Dos mujeres y otras historias de amor” de Juan José Morosoli – Ediciones de la Banda Oriental – Impreso en Montevideo - Uruguay 2001 – Prólogo Enrique Elissalde.

La narrativa de Morosoli tiene en la temática erótica, un fuerte ingrediente unificador. Desde su libro “Hombres” (1932) hasta “Tierra y Tiempo” (1959), así como en relatos que dejó inéditos, los sentimientos amorosos, la conflictividad erótica y los enfoques sexuales dan relieve propio a varios personajes, situaciones y episodios.
Estos aspectos a veces son el tema central del relato, otras veces surgen en forma aislada.
A menudo, lo erótico completa la realidad del proletariado del campo.
Temas claves en la obra de Morosoli: la muerte, la soledad, el destino, la amistad, se contrapuntean o se yuxtaponen con lo sentimental y erótico.
En su narrativa, lo erótico aparece como una fuerza poderosa y envolvente a la que se entregan, gozosa o dolorosamente los personajes.
La entrega es gozosa, sin límites, desenfrenada y algunas veces aniquilante.
La intensidad erótica es característica de los personajes de Morosoli.

Lo erótico también puede surgir más allá de los hombres y las mujeres. Aparece cuando invade la naturaleza, que a su vez invade a los hombres y a los animales.
La naturaleza aparece como una gran fuerza capaz de modificar sustancialmente la vida de los personajes.

Otra forma de lo erótico en la narrativa de Morosoli es la aparición de una mujer que quiebra la amistad entre dos personajes.
En el plano amoroso, es la mujer generalmente, la que toma la iniciativa.
A propósito de la mujer, Morosoli plantea la frustración sexual que sufren muchos personajes femeninos.
En algunos cuentos como “Fronteriza”, “La vuelta” y “La señora” se ve la peripecia de experiencias matrimoniales frustrantes. Pero cuando quedan viudas, estas mujeres canalizan de un modo irrefrenable sus impulsos eróticos. En estos tres cuentos, Morosoli presenta a mujeres vitales, acostumbradas a mandar, mientras que el marido se presenta como un ser pasivo.

Otro modo de la frustración vinculado con la mujer, está presente en las narraciones donde los personajes son solteronas o vírgenes.
Hay que tener muy presente también como Morosoli plantea narrativamente uno de los mayores conflictos que afecta en el orden amoroso: los hombres desposeídos del campo, enfrentados a una situación que los desborda y aniquila.
Morosoli realza muy bien en determinados cuentos, como la imposibilidad material hace que no se pueda concretar el matrimonio.
Como consecuencia, el influjo de lo socioeconómico sobre la vida sentimental y erótica del hombre también repercute en la mujer.
“Loreta” es uno de los mejores cuentos por la forma en que plantea la interacción existente entre los factores socioeconómicos y los aspectos amorosos-sexuales vinculados con la mujer.
En este cuento se trata el tema de la iniciación sexual y la transformación de los niños y niñas en hombres y mujeres.

En el cuento “Mundo Chico” se maneja el encuentro amoroso entre dos adolescentes. Morosoli opone la frescura y la ingenuidad de este cuento al desenlace violento de “Bandini”. También este tipo de desenlace cierra el cuento “Ciriaco”. Aquí el personaje, por consecuencia de lo erótico, comete un crimen, dándose literariamente el mismo en forma sugerente y a través de una extremada síntesis expresiva.

“Acuña” plantea otro tipo de desenlace trágico, aunque sin la violencia de los dos anteriores. La ruina del personaje se apoya en el suicidio de su novia y en el peso de una sociedad provinciana y prejuiciada.

Dentro de la gran variedad de enfoques eróticos que maneja Morosoli se destaca el tema del Carnaval. Podemos citar al respecto: “La dada”, también un disfraz es el centro en que se apoya el fragmento de la novela Muchachos, en el cual Perico se deslumbra ante el erotismo de la Amazona. Este deslumbramiento se transforma en una trágica y dolorosa experiencia que acelera el tránsito de Perico de la niñez a la adolescencia, cuando descubre que la amazona es un gaucho disfrazado de mujer.

El mérito principal de Morosoli en este fragmento, como en el cuento “La dada” radica en el provecho literario que extrae del disfraz. Lo convierte en un símbolo abierto a las más imprevistas sugerencias porque, como se afirma en “Un murguista”: el disfraz es un misterio… vos mismo creés que sos otro…
En el cuento titulado “El disfraz” este tratamiento simbólico alcanza un valor muy importante con respecto a la muerte.
En otros cuentos, este tratamiento del disfraz se transfiere a la vestimenta de los personajes que adquiere un simbolismo enriquecedor del relato.

También cabe destacar que Morosoli brinda una visión fuera de lo común de las prostitutas y los prostíbulos, sobre todo por la originalidad de los rasgos que envuelven y definen a las prostitutas.
“Clorinda” es el mejor ejemplo de lo anteriormente expuesto.
En las mayoría de las prostitutas aparece un sentido de responsabilidad frente a los niños, lo cual puede modificar sustancialmente sus propias vidas.
En el tema de las prostitutas cabe destacar cómo sobre estos personajes actúan factores socioeconómicos.

Lo erótico contribuye a redondear la realidad socioeconómica de un campo donde estos seres marginados y desplazados viven intensamente y desesperadamente la experiencia erótica que es a menudo un ingrediente más dentro del cuadro dramático en que se mueven los personajes morosolianos.


SOBRE SU NOVELA MUCHACHOS

Material extraído del Prólogo de “Muchachos” – Juan José Morosoli – por Heber Raviolo (1963) – Ediciones de la Banda Oriental – Montevideo – Uruguay - 1979

La obra “Muchachos” se singulariza en más de un sentido porque:

Se trata de su única novela, aunque algunos críticos han discutido su condición como tal.
Benedetti se la niega, no sólo por carecer de una estructura y un devenir novelísticos propiamente dichos, no sólo por todo lo que le falta para ser novela, sino por todo lo que posee para ser un buen libro de cuentos, sin duda el más logrado de su autor.

Si a su personaje protagónico, Perico, le falta alguna unidad, no se debe a que todos los muchachos que él simboliza no obedecen al mismo carácter, sino que el carácter mismo de Perico nos es mostrado en una etapa crucial: la de su cristalización definitiva a través de una serie de hechos y un grupo de hombres que le van dando su último temple..
Al comenzar la novela Perico es un niño; al terminar, un adolescente con una hombría madurada aprisa : “un hombre”.

En “Muchachos” el despliegue es rico y profundo. Personajes trabajados en una doble dimensión, lírica y dramática, a veces en largas páginas, a veces en algunos párrafos, se van incorporando sin cesar, en torno a la figura de Perico.

Es aquel libro que deseamos escribir para asir un tiempo que se nos fue. (…). No he escrito una obra de arte sino que he mirado hacia mi niñez natural y melancólicamente.
No es la única vez que Morosoli se vuelve hacia aquel tiempo de los primeros años del siglo. En su ensayo la poesía y la época de Guillermo Cuadri nos dice: Estos son los tiempos que vio morir el poeta (Cuadri), como el contemplador de un atardecer. A los demás se nos fue sin comprender que se nos iba. Y si lo comprendimos no lo sentimos. Y evoca nostálgicamente: Vamos a hablar de uno de los maestros que se fue en un amanecer poblano, de cielo alto, esmaltado de pájaros, con caminos dorados de aromos y cina-cinas despeinadas, cuando aún se desperezaba la niebla en los hombres dulces que descansan entre colina y colina y cuando aún estaban calientes los nidos (…). A medida que uno va hilvanando recuerdos, se le aparece un mundo, el de la primera década de este siglo. Es significativo que la nostalgia que expresa Morosoli en estos recuerdos no aparezca en la novela. Caracteriza a su obra la ausencia de costumbrismo, pese a que la índole de sus personajes podía ser una constante incitación a caer en él.
Lo pintoresco ha sido siempre enemigo de lo verdadero, dirá en una ocasión. Y fiel a esa manera de entender su arte, se olvida, en el momento de emprender su novela, de las poéticas, melancólicas, pintorescas evocaciones que cultiva en sus artículos periodísticos y se instala en el corazón de los hombres.

Desde cierto punto de vista es una obra inconclusa.
En su prólogo a la edición de 1950, decía Morosoli: Es intención del autor escribir la segunda parte relatando la vida de su personaje desde aquel día que despidió a Abelardo hasta el año 1943. En una breve crónica que apareció en el diario “Acción” el día de la muerte de Morosoli – 29 de diciembre de 1957- nos dice su autor, Juan Carlos Onetti: El primero de enero de 1958, el miércoles próximo, comenzaría a escribir una novela pensada desde años atrás. Sería la continuación de “Muchachos” y su acción cubriría dos décadas de la vida de un país.

“Muchachos” marca un momento esencial en la obra de Morosoli.
En cuanto a sus recursos estilísticos se puede distinguir en su obra, un primer período integrado por “Hombres” y Los Albañiles de “Los Tapes” y un segundo período, que se abre con “Muchachos” y culmina con “Tierra y Tiempo”.

Hay que tener en cuenta que a Morosoli no se le puede leer con rapidez.
La simplicidad de su escritura, la claridad de su anécdota, puede inducir a una cómoda lectura que pase por alto toda la riqueza encerrada en cada frase, en cada diálogo, en cada palabra.
Morosoli tiene la facultad de hacer brillar cada palabra con el matiz exacto que necesita obtener de ella, de colocarla en el momento preciso, en que por su sola ubicación quedará cargada de resonancias.
Hay que leerlo varias veces, lentamente, para ir penetrando todos los recónditos sentidos que encierra a veces la anécdota más sencilla.
Todas estas virtudes de estilo que culminan en “Tierra y Tiempo”, están ya presentes en largos pasajes de “Muchachos”, pasajes de una tersura, de una sabia mezcla de drama y poesía, como pocas veces se han dado en nuestras letras.

MUCHACHOS: todo el intenso contenido dramático de sus mejores capítulos, su honda y poética visión de la vida, están dados exclusivamente a través del manejo perfecto de hechos y circunstancias, casi nunca por medio de digresiones o reflexiones del autor.

El gran drama del hombre de este tiempo es tal vez el haber perdido la facultad de sentirse vivir, dice Morosoli en su ensayo sobre la época de G. Cuadri. Esta frase es clave para entender el drama de los hombres de Morosoli, la hondura dramática de muchos de los seres de esta novela. Porque en el fondo de casi todo personaje de Morosoli late, impetuoso o pusilánime, con mayor o menor actividad, el impulso del alma a “sentirse vivir”, impulso a veces desesperado, a veces consciente de su inanidad, a veces triunfante, y que es la médula misma de estos hombres aparentemente impasibles.

JUAN JOSÉ MOROSOLI DICE EN EL PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN DE “MUCHACHOS”:

LOS DESCUBRIMIENTOS DE MOROSOLI CON RESPECTO A ESTA OBRA:

1) Observo que el título no aclara totalmente el sentido que yo deseé darle al libro. Y que los muchachos se han condensado todos en uno solo: Perico. Véase en él al muchacho de aquel tiempo -1910 a 191 4 – y la clase social que él representaba.

2) En el libro hay más viejos que muchachos. Ellos se me presentaron espontáneamente para decirme que influyeron en el destino del protagonista. Por eso sobreviven y han acudido a la pluma.

3) El libro tiene para mí una sola justificación. Es aquel libro que deseamos escribir para asir un tiempo que se nos fue en los amigos que murieron, las costumbres que cambiaron, y que puede morir totalmente para nosotros mismos si no cumplimos el deseo de escribirlo. No he escrito una obra de arte sino que he mirado mi niñez natural y melancólicamente. El hecho que se haya anunciado hace tiempo no quiere decir que haya sido escrito lentamente, vigilando forma y contenido. No. Fue escrito a vuela pensamiento en dos períodos separados por tres años.
Es intención del autor escribir la segunda parte relatando la vida de su personaje desde aquel día que despidió a Abelardo hasta el año 1943.

Juan José Morosoli

Este prólogo está dedicado por el autor “A Sabino Defunchio”.

Redacción y Recopilación de Datos:

Valentina Garcés Campbell.

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