LEER ES PENSAR, DESLUMBRARSE, CONMOVERSE.

Emilia Gallego
(Cubana)

LA POESÍA LLEVA DE LO CONOCIDO A LO DESCONOCIDO.

Georges Bataille

LOS LIBROS, ENTONCES, SERÁN PUERTAS MÁGICAS QUE SE ABREN AMOROSAS HACIA FORMAS SUTILES DEL VIVIR; CASAS ENCANTADAS DONDE CUALQUIER FANTASMA INTERIOR, POR FEO Y ESMIRRIADO, TIENE LA POSIBILIDAD DE TRANSFORMARSE EN HÉROE, HUMANAMENTE SABIO, POR EL FABULOSO BESO DEL LENGUAJE DE LA POESÍA.

María Luisa Lázzaro
(Venezolana)

Nuestro Portal desea que nuestros escolares comiencen el año alegres, llenos de entusiasmo, empapados de energía.

1) Seleccionamos poesías y prosas justamente cargadas de naturaleza!!!

Árboles, flores,
plantas, animales,
paisajes, pueblos,
PATRIA!!!


Que todos esos colores, que la naturaleza nos brinda, entre en sus corazones para que sea un año rico en conocimientos y en compañerismo!!!

No olvidemos que todo el material que siempre aportamos tiene por finalidad, humildemente, apoyar a la enseñanza, poner ese granito de arena para que la misma se desarrolle cada día con más fuerza.

FUERZA A NUESTROS ESCOLARES!!!

En esta oportunidad...

poetas latinoamericanos nos dan este aporte tan maravilloso!!!

AFUERA

El huerto estaba alegre y bullicioso,
La nube fue generosa…
Los árboles,
Eran como los niños
en las tardes
de lluvia
que no van al colegio.
Brillaban
los pequeños
globos bermejos de las cerezas.
Gritaban ebrios
de salud, todos
los labios de los árboles…
Alegría en los brazos del naranjo,
alegría en las caras
redondas de las manzanas
y en el cuello de plata
de las magnolias…
Y hasta una vieja encina
-grave abuela del huerto-
sonreía
bajo la verde cofia
que la lluvia
adornaba con vidrios musicales.

Julio J. Casal (uruguayo)


COLONIA SUIZA
(fragmento)

Esta es Colonia Suiza. Un rincón de mi tierra
donde el paisaje luce un barniz europeo,
donde la vida es pura como agua de la sierra,
donde el vagar es útil y el trabajo recreo.

……………………………………………..

Esta es Colonia Suiza, con los colores vivos
de sus próvidos huertos y sus montes frutales,
con el verdor plateado de sus viejos olivos
y el verde estrepitoso de sus recios maizales.

Esta es Colonia Suiza, con sus granjas añejas,
en que un hervor de pájaros pone nubes de trinos,
donde es como ámbar líquido la miel de las abejas
y la leche es más blanca que los más blancos linos.

Esta es Colonia Suiza, donde el vino es espeso,
el humus de la tierra se adhiere a los arados,
y la leche transformándose en manteca y en queso
con sólo el balanceo de los baldes colmados.

……………………………………………….

Esta es Colonia Suiza, con sus lentas vacadas
esparcidas en medio de aromadas praderas,
sus molinos que giran entre parras doradas,
mientras los charrecitos baten las carreteras.

Emilio Frugoni (uruguayo)


PALMA SOLA

La palma que está en el patio
nació sola;
creció sin que yo la viera,
creció sola;
bajo la luna y el sol,
vive sola.

Con su largo cuerpo fijo,
palma sola;
sola en el patio sellado,
siempre sola,
guardián del atardecer,
sueña sola.

La palma sola soñando,
palma sola,
que va libre por el viento,
libre y sola,
suelta de raíz y tierra,
suelta y sola;
cazadora de las nubes,
palma sola,
palma sola,
palma.

Nicolás Guillén (cubano)


ALLÁ LEJOS

Buey que vi en mi niñez echando vaho un día
bajo el nicaragüense sol de encendidos oros,
en la hacienda fecunda, plena de la armonía
del trópico; paloma de los bosques sonoros
del viento, de las hachas, de pájaros y toros
salvajes, yo os saludo, pues sois la vida mía.

Pesado buey, tú evocas la dulce madrugada
que llamaba a la ordeña la vaca lechera,
cuando era mi existencia toda blanca y rosada,
y tú, paloma arrulladora y montañera,
significas en mi primavera pasada
todo lo que hay en la Divina Primavera.

Rubén Darío (nicaragüense)

MI PUEBLO

Había muchos niños, pájaros y muchachas,
de manera que en todas sus calles,
cuando no se sentían píos y cantos,
escuchábanse risas, y hasta lágrimas que
no podían angustiar a nadie. Además, mil
ruidos que desde muy pequeña aprendí
a conocer y amar: los dobles y repiques
de las campanas de la iglesia; el jadeo del
fuelle de la herrería; el ritmo sonoro del martillo
en el taller del carpintero, el palpitar de la vida infantil
en la gran escuela de la calle principal.
Y más; los ruidos familiares de mi casa: el balde del
aljibe;
el chisporroteo de la leña en el fuego lleno de máscaras
rojas y doradas,
el canto negro y aportuguesado de mi negra Feli; la vida
tumultuosa
del gallinero y el corral, una guitarra echando al aire su
surtidor perlado,
el suspiro apenas audible de la malva lisa.

Juana de Ibarbourou (uruguaya)


ELEGIR MI PAISAJE

Ah! Si pudiera elegir mi paisaje
Elegiría, robaría esta calle,
Esta calle recién atardecida
En la que encarnizadamente revivo
Y de la que sé con estricta nostalgia
El número y el nombre de sus setenta
árboles.

Mario Benedetti (uruguayo)


ORÍGENES

Yo vengo de un territorio, con cielo de claraboyas
Con un río como mar, que en ocasiones me ahoga
Empapado de nostalgias, mi canción a veces nombra
Alguna vieja ilusión, alguna cercana historia.

Yo vengo de un territorio, de alegrías y zozobras
Y me acunaron candombes, gardeles y zitarrosas.
Identidad de mi canto, equipaje de mi prosa,
Tengo alma de bandoneón y corazón de milonga.

Mario Carrero (cantante popular uruguayo)


MILONGA DE PATRIA ADENTRO

Entre los montes bravos que te esperan,
entre los pajonales del estero,
en los bañados de duros ojos: patria adentro.

En las pampas que alejan horizontes,
en el huraño nido de los cerros,
en los ríos rayados por las nutrias: patria adentro.

Te convido a taparte con el Norte.
Te convido a marearte con el Sur.
Te convido a la casa grande al Oeste.
Te convido a patriadas por el Este.

Y vámonos por suelos o caminos:
patria adentro.
Por historias o leyendas:
patria adentro.

Con los paisanos y sus chinas fuertes;
con los hombres humildes de los pueblos;
pisando macadam, pisando barro.
Esto lo digo sin altanería: patria adentro

Washington Benavides (uruguayo)


CHILE

Un territorio tan pequeño, que en el mapa llega a parecer una playa entre la cordillera y el mar; un paréntesis como de juego de espacio entre los dos dominadores centaurescos, al sur el capricho trágico de los archipiélagos australes, despedazados, haciendo una inmensa laceradura al terciopelo del mar.
Y las zonas naturales, claras, definidas, lo mismo que el carácter de la raza. Al norte, el desierto, la salitrera blanca de sol, donde se prueba el hombre en esfuerzo y dolor. En seguida la zona de transición, minera y agrícola, la que ha dado sus tipos más vigorosos a la raza: sobriedad austera de paisaje, un como ascetismo ardiente de la tierra. Después de la zona agrícola, el paisaje afable; las manchas gozosas de los huertos y las manchas densas de las regiones fabriles; la sombra plácida del campesino pasa quebrándose por los valles, y las masas obreras hormiguean ágiles en las ciudades. El extremo sur, el trópico frío, la misma selva exhalante del Brasil, pero negra, desposeída de la lujuria del color; islas ricas de pesca, envueltas en una niebla amoratada, y la meseta patagónica, nuestra única tierra de cielo ancho, de horizontalidad perfecta y desolada, suelo de pastoreo para los ganados innumerables bajo las nieves.

Pequeño territorio, no pequeña nación; suelo reducido, inferior a las ambiciones y a la índole heroica de sus gentes. No importa: ¡tenemos el mar…, el mar…, el mar…!

Gabriela Mistral (chilena)

 

LA PALMERA REAL

La palmera busca el sol más recta que las otras criaturas; se extasía en la luz mejor que todas ellas. Ningún tronco de árbol es bañado de claridad como su desnudo tallo maravilloso; es al mediodía como un inmenso pistilo cubierto de polen ardiente.
La palma es una copa, una copa veneciana de esas de cuello largísimo y que acaban en una leve hendidura de cristal. El follaje hacia arriba una copa ancha, perfecta y sensible. El viento en ella se escucha a sí mismo con goce. A veces el choque de su penacho es seco, como de velas fuertes, duras de sal; a veces, en el viento suave, se hace una risa innumerable; otras se llena como de cuchicheos de mujeres, de muchedumbres femeninas… Cuando está el aire quieto, la palmera tiene una mecedura lenta, una mecida suavísima de madre. (Porque en lo alto, ella, como todas las cosas, se parece a un regazo).
Hay quienes han hallado en el mar una horma espiritual; otros la vieron cuajada en la montaña de espesas bases y de ápice que se funde. ¿No podría ser la palmera –más sensible que el monte y más sencilla que el mar- la verdadera norma espiritual?
Ella desde su arranque se libera del suelo mejor que el monte y disminuye con menos brusquedad. Corrige la barbarie del paisaje; la confusión de los follajes se reduce en ella a casta unidad, a signo severo. Los matorrales acres que laceran el campo, los espinos y los arbustos torcidos y como desgraciados, se corrigen en su límpido cuello.
Es la palmera en el panorama lo que fue la Atenea, ordenadora de los hombres.
Su paz viene de su unidad y de su perfección. Descansan también sobre ella nuestros ojos, libres de la inútil complejidad de las frondas, y mientras la gozamos con amante mirada, nuestro pensamiento se reduce en ella a unidad religiosa. Como ella, quisiéramos tener un solo ímpetu de vuelo, un solo deseo, erigido como un dardo hacia la vida superior.

Gabriela Mistral (chilena)

ÁRBOLES

El ombú es un árbol grueso, alto, copudo, frondoso y de un verdor subido, que se cría espontáneamente en algunos parajes de estos campos. No tiene madera que se pueda llamar tal; porque su tronco y ramas, después de la corteza, se componen sólo de capas con que este árbol va aumentando su volumen; y aunque este mecanismo de irse aumentando por capas parece común a todos los demás árboles, las capas del ombú se distinguen de las de los demás en que en éstos las capas se unen y conglutinan tan estrechamente unas con otras que no presentan en la madera más que un solo cuerpo duro y firme; en vez de que en el ombú las capas se conservan siempre visiblemente separadas, sin formar entre sí mismas una unión estrecha. En medio de la flojera, digámoslo así, con que se engruesa este árbol, su resistencia a los vientos es generalmente mayor que la de muchos árboles de madera fuerte, a quienes el viento desgaja con más facilidad que al ombú.

EL TALA

El tala es un árbol que prospera en cualquier terreno que no sea estéril absolutamente; es indígena de este país; se da bien en los altos y en los bajos, como éstos no sean fangosos; no lo ataca la hormiga ni lo carcome gusano alguno; tiene más espinas que hojas, pues debajo de cada hoja tiene dos espinas; es de verdor alegre; de madera flexible, difícil de quebrar, de la cual se sacan cabezas para arados, ejes para los carruajes; y de sus ramas delgadas se hacen flejes o arcos para techos de los mismos carruajes; su leña hace un fuego alegre, y es de las mejores que el país produce espontáneamente en los bosques.

Manuel Pérez Castellano (uruguayo)


HACE TIEMPO

Hace tiempo, en un viaje
descubrí un río:
era apenas un niño, un perro, un pájaro,
aquel río naciente.
Susurraba y gemía
entre las piedras
de la ferruginosa cordillera:
imploraba existencia
entre la soledad de cielo y nieve,
allá lejos, arriba.
Yo me sentí cansado
como un caballo viejo
junto a la criatura natural
que comenzaba a correr,
a saltar y crecer,
a cantar con voz clara,
a conocer la tierra,
las piedras, el transcurso,
a caminar noche y día,
a convertirse en trueno,
hasta llegar a ser vertiginoso,
hasta llegar a la tranquilidad,
hasta ser ancho y regalar el agua,
hasta ser patriarcal y navegado,
este pequeño río,
pequeño y torpe como un pez metálico
aquí dejando escamas al pasar,
gotas de plata agredida,
un río
que lloraba al nacer,
que iba creciendo
ante mis ojos.
Allí en las cordilleras de mi patria
alguna vez y hace tiempo
yo vi, toqué y oí
lo que nacía:
un latido, un sonido entre las piedras
era lo que nacía.

Pablo Neruda (chileno)


¿Te imaginaste alguna vez a un mono periodista?

Te lo presentamos:

EL MONO PERIODISTA

Hubo una vez un mono periodista;
para inventar noticias, un artista.
¿Lo picaba, digamos, una hormiga?
El escribía: “Solapada enemiga
envenena a inocente ciudadano:
ocúltase en jardines suburbanos”.
¿El rojo sol brillaba sobre el río?
Ya se encargaba él de hacer un lío:
“¡Sensacional incendio en el Riachuelo!
¡Rojas llamas están llegando al cielo!”
Y la gente llamaba a los bomberos,
y los bomberos, a los enfermeros;
corridas, sustos, gatos desmayados…
Todo por este mono exagerado.
Hasta que al paso le salió un león…
¡Este sí que iba a ser un notición!
“Fiera suelta. Terror. Esto es muy serio:
¡podría devorar un barrio y medio!”,
pensó en voz alta el mono periodista,
y el león le dijo: -¿Es posible que exista
ser que diga desatinos mayúsculos
sólo porque salí a estirar los músculos?
-¡Respete al periodismo! –chilló el mono.
El león le contestó, lleno de encono:
-¡Jamás me comería a un periodista!
(se lo comió por sensacionalista).

Beatriz Ferro


2) Para lectura y uso del diccionario:

LA ZANCADA de V. Soto

Era lo único que, como perro, sabía: jugar. Jugaba con los gorriones, saltando bajo el enredo de sus chillidos y quedándose deprimido cuando se le desvanecían de encima, volando hacia lejanías de alegría. Jugaba con otros perros, perseguidor o perseguido por los trigales. Jugaba con los caballos, enredándose en sus patas, y con los carros, casi arrollado a sus ruedas. Hubiera jugado con los gatos y siempre consideró apenadamente su bufido de guerra. Jugaba, sobre todo, con los niños.
-Ábreme, Gabrielito, déjame salir.
-No, hoy no sales.
Porque sí, por mala idea. Lobo gimoteaba. Fuera se oía a los chiquillos.
-Anda, por favor. Bueno, ya verás.
Se retiraba llorando.
-¿Serás bueno? ¿No tardarás?
-¡Ay, ábreme ya, corre!
Le abría por fin y allá iba él, ciego.
-¡Ya estoy aquí!
Los niños lo llamaban desde todas partes:
-¡Lobo, Lobo! ¡Lobo, Lobo!
Y él corría de uno a otro, feliz. Le hacían mil perrerías: le tiraban del rabo, de las orejas, se le montaban, lo revolcaban. Lobo gemía, se reía, protestaba.
-¡Eh, tú, qué te has creído!
Pero los niños no le entendían, claro.
No le apetecían para comer más que cosas buenas.
Carne –mucha carne-, huesos suculentos, guisos bien condimentados, algo de dulce. Pero aunque no le gustase una cosa –frutas o nueces, por ejemplo, que le embutían los chiquillos- por no desairar la tomaba y fingía comerla. Masticaba entonces con boca blanda, se apartaba y, bajando el hocico con disimulo y elevando humildemente los ojos a las nubes, luego la depositaba en el suelo.

Aparte del uso del diccionario, que te aclarará el significado de aquellas palabras que no comprendas (por ejemplo: deprimido, desvanecían, gimoteaba, etc.), nos gustaría que contestaras las siguientes preguntas, muy sencillas:

¿Quién es Lobo? ¿Y Gabrielito?

¿Qué dice Lobo? ¿A quién?

¿Te parece real esta escena o imaginaria? ¿Por qué?

¿Has leído algún cuento en el cual hable también algún animal? ¿Cuál o cuáles? ¿Qué animales son los que hablan en ellos?

¿Con quién jugaba Lobo?

¿Qué diferencia hay entre perseguidor y perseguido? Escribe esta diferencia como tú la entiendas.

EL MARAVILLOSO VIAJE DE NILS HOLGERSON de Selma Lagerlöff

El muchacho leía, se amodorraba y daba cabezadas, en su lucha contra el sueño.
-No quiero dormirme, porque entonces no acabaría de leer en toda la mañana.
Pero, a despecho de esta resolución, acabó por dormirse.
-¿He dormido mucho tiempo o sólo unos instantes? preguntóse al despertarle un ligero ruido que oyó a sus espaldas.
En el alféizar de la ventana, frente a él, descubrió un lindo espejito, en el que se reflejaba casi toda la habitación. Lo vio en uno de sus movimientos de cabeza, y quedó atónito al ver, por él, que la tapa del cofre de su madre había sido levantada. La madre poseía un gran cofre de roble, pesado y macizo, con guarniciones de herraje, que nunca dejó abrir a nadie. Allí conservaba todas las cosas que heredara de su madre y que tenía en mucha estima. Eran trajes de aldeana a la antigua usanza, de paño rojo, con corpiño corto y falda plisada y plastrones bordados en perlas. Eran cofias blancas, tiesas por el almidón, y broches y cadenas de plata. Las gentes no querían llevar estas cosas pasadas de moda y la madre habíase propuesto repetidas veces deshacerse de ellas, pero nunca acabó por decidirse: las tenía muy grabadas en el corazón.
El muchacho vio por el espejo que el cofre estaba abierto. No comprendía cómo había sido esto posible, porque estaba seguro de que su madre cerró el cofre antes de partir; jamás lo hubiera dejado abierto quedando su hijo solo en casa.

Cuestionario:

En el diccionario busca, por supuesto, todas las palabras que no conozcas el significado, pero sobre todo busca el significado de: alféizar – atónito – herraje – corpiño – plastrones.

Fíjate en la palabra preguntóse ¿quiere decir lo mismo que: se preguntó?

El muchacho, Nils ¿por qué quedó atónito?

¿Dé qué árbol provenía la madera del cofre de su madre?
Por lo tanto ¿era fuerte o débil?

¿Qué conservaba la madre en dicho cofre?

¿Qué significa deshacerse? En este caso ¿de que quería deshacerse la madre?
¿Le costaba tomar la decisión?¿Por qué?

¿Qué significa “las tenía grabadas en el corazón”?

¿Qué te parece que pudo haber pasado con respecto al cofre?
¿Quién lo habrá abierto?


LA LUNA NUEVA de R. Tagore

Madre, di, ¿por qué estás tan callada y tan quieta, echada ahí en el suelo? ¿No ves que la lluvia entra por la ventana abierta y que te estás mojando? Mira, son las cuatro, y hermano y yo tenemos que irnos ya al colegio. ¿Qué te pasa, madre?, ¿por qué estás así? ¿Es que no has tenido hoy carta de papá? A todo el pueblo le trajo hoy carta el cartero; sólo las cartas de papá se las guarda en su saco para leérselas él. ¡Madre, estoy seguro de que el cartero es un hombre muy malo!
…Pero no estés tú triste, madre mía. Oye, mañana es la feria de la aldea de ahí junto. Que vaya la criada y me compre plumas y papel. Yo te voy a escribir las cartas de papá; ya verás cómo no encuentras ni una faltita; te escribiré desde la a hasta la k… ¿Te ríes, madre? ¿Te figuras tú que yo no sé escribir tan bien como papá? Verás tú; yo rayaré el papel con una regla y haré bien grandes las letras. Y cuando concluya, ¿piensas que voy a ser tan tonto como papá, que echa la carta en el bolso de ese antipático cartero? ¡Te la traeré yo mismito sin esperar, y te ayudaré a deletrearla! ¡Ya sé yo que al cartero no le gusta las cartas más buenas!

Cuestionario:

¿Quiénes dialogan en esta lectura?

¿Cómo se sentía la madre?

¿Qué opinión tenía el niño del cartero?

¿Sería verdad que el cartero no entregaba las cartas a su madre?

¿Qué le pide el hijo a la madre? Obviamente ¿cómo la quiere ver: triste o alegre?

Por ese motivo ¿qué es lo que piensa hacer para lograr su alegría?
Explica paso a paso lo que hará el niño.

¿Cómo es para ti este niño, con respecto a sus sentimientos?

¿Qué frases indican la edad aproximada del niño?

Tarea especial:

Copia las preguntas sin olvidar los signos.
También copia las que presentan signos de exclamación.

Por aportes y comentarios escriba a: Valentina Garcés - poesiay@internet.com.uy

Web Master: Gustavo Cuba - gcuba@internet.com.uy