LA HISTORIA DE JUAN

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Carmen Rodríguez Abadie - Dra. Ma. Eloísa Isasi - Dra. Elida Susana Isasi

LA SEGURIDAD DE NUESTRA INTERVENCÓN EN UNA OBRA QUE HAYA DE SOBREVIVIRNOS FRUCTIFICANDO EN LOS BENEFICIOS DEL FUTURO, REALZA NUESTRA DIGNIDAD HUMANA, HACIÉNDONOS TRIUNFAR DE LAS LIMITACIONES DE NUESTRA NATURALEZA.

José Enrique Rodó.-

21-02-94

Había anochecido. Contemplaba con el mismo embeleso de atardeceres pasados, la magnifica artesanía de dos arañas. Admiraba a esas incansables tejedoras, que lograron lo imposible: labrar en el aire, a unos cuatro metros de altura, en el espacio comprendido entre el arbolito de cedrón y la hiedra de la pared.

El timbre del teléfono quebró el hechizo de ese momento azulado.

Era la Dra. Susana Isasi. Sus palabras me introdujeron en una historia tan real como las telas de las arañas que adornan el pequeño jardín. Y tan fantástica como la creatividad de las tejedoras nocturnas.

Por la voz de Susana Isasi entro nuevamente al mundo de la medicina. Al mundo de los que sufren y de los que luchan. Que alivian, el dolor. Mundo del que salí hace años.

Entro en ese mundo, puedo, si, afirmarlo, fascinante. Conozco por la referencia a Juan, que padece la Enfermedad de Alzheimer.

Hay un hombre entre millones, que días atrás regresó de un atormentado y tormentoso viaje del que fue único pasajero.

Cuando nadie creía posible verlo andar por las calles, ni oírlo hablar con coherencia.

Ni cumplir los hábitos y costumbres que la vida cotidiana determina, el aparece como una criatura de ciencia ficción - erguido con una sonrisa, ante sus familiares y amigos.

Su retorno se cumplió en tres etapas. En ellas fue re- adquiriendo capacidades perdidas, necesarias para pisar nuevamente la orilla de tierra y roca.

En un lapso de 40 días salió de un mundo devastado –su mente con ayuda de dos médicas Uruguayas que aplican hace tiempo terapia para casos similares. Pero, este es un caso muy especial. No había esperanza alguna para Juan y su familia, encerrada junto a el en el mundo de Alzheimer, mundo sin recuerdos. Con delirios y alucinaciones. Fue perdiendo palabras y su significado. Con delirios y alucinaciones. Fue perdiendo palabras, situaciones creadas a su alrededor.

Dejó de ser el profesional competente que dirigía a otros, para convertirse en un hombre dependiente de los suyos.

Así pasaron 8 años.

Es mucho tiempo, solo de pensarlo.

¿ Cuánto más habrá sido vivirlo ?

Ahora Juan es un hombre encantado por un hechizo terapéutico.

No está unido a ningún hilo conductor.

Es él, nuevamente, con las disminuciones imaginables, tras su largo cautiverio.

Tan franca y sorprendente mejoría es el primer paso en el sendero infinito por el cual centenares de miles de seres humanos caminaban y caminan, dejando las tristes huellas de pasos que no llevan a ningún lado.

La historia de Juan A. de 71 años, con 8 años de Enfermedad de Alzheimer de Grado Severo, es el testimonio de un hecho verídico, con nombre, lugar y tratamiento.

Si para alguien que asistió a lo acontecido, como a una representación teatral – con entusiasmo al fin, es conmovedor cabe suponer la impresión causada a los que fueron son- protagonistas.

No se puede permanecer indiferente, no se puede dar vuelta la pagina para conocer el final.

El fin es el principio.

Es la llegada de Juan y familia a Montevideo, a la clínica de la calle Rivera.

El punto neurálgico del tema: contar la historia de Juan.

Es humana, esta rigurosamente documentada, da fe de ella su familia.

Juan que ¡ vaya con la casualidad¡ enfermo 8 años atrás. Ocho años que paso en la tierra de nadie, transformándose en piedra que camina al perder sus capacidades mentales.

Salió de sus responsabilidades profesionales y de la vida familiar y social, para desintegrarse mentalmente día tras día. Sin poder saltearse uno, siquiera, para descansar.

Ocho años... quien los lleva vividos y contados, puede aquilatar la condena a estas ausencias de sí mismo. Ni muerte ni cárcel, pero fue vivir sin colores, sin sonidos, sin fatiga y sin reposo.

Sin nada de nada. Absolutamente.

Y pasados que fueron 8 años, la causalidad hizo lo suyo.

En la Sociedad Argentina de Alzheimer hubo una reunión a la que asistieron las Dras. Isasi, con documentación sobre el tema.

Allí estaban familiares de Juan, esperanzas perdidas, no de curación, sino de alivio para el enfermo. Y para ellos, asimismo prisioneros en el recinto mudo de Alzheimer.

Se mantuvieron conversaciones, consultas con las Dras. Isasi, en un clima de incredulidad y desconfianza.

Las profesionales, en primera instancia, no tomaron el caso de Juan, al considerar escasas las posibilidades de solución satisfactoria.

Finalmente, al comenzar 1994, Juan vino a Montevideo.

Para iniciar una nueva etapa de su vida el 18 de enero, en que principió el estudio del enfermo.

Cabe remarcar ahora que este no es argumento de melodrama (el drama esta implícito en las filmaciones que desde esa fecha se hicieron).

Esta es una historia real. De un hombre llamado Andrés Juan.

Ella certifica que, aún ante la última puerta, es posible retroceder y llegar a un estadio donde todo –o casi todo – es grato.

Allí hay pocas sombras. Tal vez, recuerdos que quieren extraerse de la memoria. Visiones de seres y lugar vistos y vividos.

Fueron ocho años de soledad adentro. De perder todas la batallas con la memoria, con el lenguaje, con los hábitos de higiene, de alimentación.

Un vacío de lágrimas ajenas, con angustia de gentes que el desconocía.

Le miraban y hablaban, sin que el pudiera comprender.

Ocho años de incesante rodar por sí mismo, hundido en el ardiente desierto que, en el año 1907, el psiquiatra y anatomopatólogo alemán Alois Alzheimer, reconoció en el cerebro de una mujer de 51años que muriera demente.

Ahora, Juan sabe que tiene esposa e hijos, amigos. Habla, conoce. Se asea y viste solo.

El que haya vuelto a la orilla de la vida normal, puede parecer un milagro, quizás lo sea.

Las hacedoras, son coprotagonistas de la peripecia de Juan. El que regresó de 8 años en las desoladas regiones de la Enfermedad de Alzheimer.

22/02/94 11:40 a.m. Dra. Susana Isasi.

Es una enfermedad que ataca el sistema nervioso. Provoca una degeneración neuronal con destrucción de neuronas. Es evolutiva, progresiva y lleva a un deterioro total de las facultades intelectuales.

El fin último es la demencia. Constituye un 60% de las demencias totales

Aparece después de los 40 años. Con más frecuencia después de los 65.

No tiene cura. Se usan el Alxene y el Tacrine entre otros. Pero Juan no pudo tolerar la medicación, pues tuvo hepatitis.

Así, con pocas palabras, para comprender de que se trata, la Dra. S. Isasi nos lleva al primer peldaño de esta escalera de acontecimientos.

En otra habitación de la Clínica, la Dra. Eloísa I. Conversa con la esposa y un hijo del paciente, solicitando su colaboración para llevar adelante el trabajo. Accediendo ambos, se toman notas

22/02/94 Familiares, Juan, Dra. E. Isasi, C.R.A.

Juan fue hasta los 7 años hijo y nieto único por lo que ocupó un sitio privilegiado en ambas familias.

Este mismo lugar de preferencia fue el que quiso y logró, que ocupó hasta los 63 años en todos los ambientes en que actuó.

A Juan lo vimos en persona. Es un hombre alto, delgado, de espeso cabello blanco y penetrantes ojos oscuros, que trasmiten una posible vida interior. Aunque me digan que sus neuronas están destruidas. Observa a su alrededor con cortés atención.

Sus modales son los de una persona muy educada.

-A los 14 años aconteció un hecho fundamental en su vida: Murió su padre. Esto hizo que su madre se aferrara a el, -llevándolo – inconscientemente – a ocupar el sitio del marido perdido.

-A su esposa - es quien habla- la conoce desde que nació, es 2 años menor,

pues sus madres eran muy amigas. Dice que con frecuencia aseguraba "con esta me caso"

Así sucedió tras un noviazgo de 9 años. Producido el matrimonio – 26 y 28 años respectivamente- la madre de Juan continuó ejerciendo su autoridad. Al punto que la esposa, con frecuencia aludía a una separación.

-A ello, Juan respondía " si no es contigo, seria lo mismo con otra". Al llegar los hijos, esa dominación maternal fue cediendo en beneficio de los nietos. La madre murió cuando llevaban 10 años de casados.

- Juan siempre fue "el que dirigió la casa" aunque permanecía en ella pocas horas.

-" Se iba a las 9 de la mañana y volvía a las 9 de la noche".

- Manejaba todo por teléfono. Resolvía los problemas de la casa, telefónicamente.

- Al parecer, el teléfono fue instrumento fundamental para solucionar asuntos domésticos y burocráticos. Juan es contador. Durante muchos años ocupó un alto cargo en los Tribunales, Perito – Técnico Forense, al tiempo que cumplía funciones de Síndico en tres empresas.

- Sin palabras, pregunto al candente aire del mediodía, ¿ qué hay de Juan A.?, los datos no permiten delinear un perfil de este desconocido hombre de Leo (nació un 6 de agosto).

- Hombre de empresa, hombre de decisiones, de números, de viajes. Esposo, padre, hijo de una madre dominante. Hombre de reuniones, donde acaparaba la atención general con gracia chispeante. El no era –aparentemente –alegre. Pero le gustaba divertir a los demás con clase y ocurrencias.

¡Qué extraño resulta conjugar el verbo en pretérito!

"Era" no "es".

Un hombre que no padeció hambre ni frío, ni estuvo expuesto a clase alguna de calamidades.

Por fuera.

Por dentro, es un Alzheimer Grado Severo.

Allí esta: erguido, callado.

Fue Juan A.

Lo sigue siendo, mas no volverá a hacer nada de lo que hizo.

Nada.

Absolutamente.

Esto tiene que quedar claro. Bien claro.

Juan leyó muchos best-sellers. Clásicos, no. Pintó algo.

No estimuló a ninguno de sus 5 hijos a cultivarse mas allá de sus estudios. "Era carismático" –asegura su hijo- los demás - se entretenían mucho con él-. A nosotros nunca no exteriorizó - su cariño. Nada de besos y abrazos. Era un hombre de carácter fuerte, orgulloso de la posición a que había logrado llegar.

Nunca fue compinche de nosotros, no era compañero.

- Nos rezongaba por los estudios. Si le parecía que no estabamos vestidos correctamente: "arriba, sácate eso". Nos dejaba sin salir y sin darnos dinero, nunca nos tocó. Nos miraba serio y bastaba.

Pero no lo cambiaríamos por ningún otro.

Hasta el día de hoy, cuando alguien de nosotros va los tribunales, nos hablan mucho de él, de como era... nos dan ganas de llorar... un empleado dice "me recibí por el".

Las voces se entrecortan. Quedamos silenciosos.

Por los rincones del salón claro al mediodía cálido, anda revoloteando la sombra del espíritu de Juan, en tanto su cuerpo está en terapia gravitacional.

Todavía no comprendemos cabalmente que estamos viviendo en esta hora. Algo muy importante y definitivo sucede entre nosotros. Inesperadamente recordamos estrofas de un entrañable amigo poeta: "Ni morir ni nacer importa mucho, importa trascender". Eso es. Este hombre de apariencia frágil trasciende una fuerza poderosa.

Mas allá de las neuronas destruidas, esta el. Trasciende de Juan y domina este lugar, como dominó durante muchos años cuanto lo circundó.

Es muy difícil, casi imposible, devolver al hombre que fue Juan.

Ha padecido y sobrellevado 8 años de torturas. En esos años fue perdiendo cuanto era de adentro. Como era a solas consigo, en el centro mental de que extraía fuerzas para vivir y ser.

Juan conocía bien el "Martín Fierro" aunque no lo citaba en conversaciones, como tampoco usaba refranes.

Al regresar, los recuerdos con frecuencia y parece complacerlo que así sea. Le decimos: "va cayendo gente al baile – y sin vacilar, continúa: más vaca será su madre".

-" Los hermanos sean unidos es la ley primera y continua:

- porque si no se los comen los de afuera"....

-" El que a hierro mata y completa: a hierro muere".

-" Mas vale pájaro en mano y dice: que cien volando"

-" Amor con amor y completa: se paga"

-" Dime con quién andas y agrega : te diré quien eres".

-" Al que nace barrigón y continua: es añudo que lo fajen".

-" A río revuelto y dice: ganancia de pescadores".

-" A caballo regalado y completa: no se le mira el pelo".

-" A amistades ciertas y agrega: puertas abiertas".

-" Mas vale maña y dice: que fuerza".

-" Al que madruga y continúa: Dios lo ayuda".

-" Cuando hay hambre y agrega: no hay pan duro".

-" Y así continúa completando decenas de refranes y algunas estrofas del Martín Fierro.

De su lado negativo resalta su irascibilidad y su renuncia a pedir disculpas.

Cuando festejaron los 25 años de recibido me dijo: te espero en tal esquina a las 7, para ir a la reunión - recuerda la esposa - se me hizo tarde y llamé a la oficina. Cuando llegué, no estaba. Era intransigente con los horarios... Después me dijo: quedamos en que a las 7.

- Como no estabas me fui.

Juan viajó mucho. Acompañado y solo. Conoció EEUU, Europa, Oriente. Anotaba itinerarios, como eran la ciudades, los lugares que visitaba. Guardaba y guarda los trabajos de la escuela primaria. Tenía y tiene en su escritorio - todos esos papeles y que nadie los toque-. Trabajaba mucho, nunca nos faltó nada.

Decía: "si les pasa algo, llamen a PAPA que enseguida viene MAMA.

Si se hubiera retirado antes, quizás no le hubiera pasado esto.

Juan no practicó deporte alguno. Pareció temer hacerlo por las várices, le gustaba caminar... iba a partidos de Huracán, era hincha del cuadro... también se entretenía con el cine.

Nuevamente hablamos en pasado. Juan está cerca, al alcance de la mano.

Frente a un pizarrón observa a la Dra. Eloísa escribiendo: Bs.As..

Le pregunta que quiere decir. Sin vacilar responde: Buenos Aires.

Ella escribe: EE.UU., la respuesta : Estados Unidos. Vacila ante "Washington" parece disgustarse.

Le pregunta su fecha de nacimiento. Prontamente dice: 6 de agosto de 1922.

La Dra. E. Dibuja un jarrón al que va transformando en un animalito. Juan sigue los movimientos de las dos manos de la doctora. Lo veo observando sus manos. Ella agrega flores. Lo incita a que haga lo mismo. Le cuesta un poco. Luego una bandera. El también.

Dice correctamente (trasunta alegría por ello.) varios refranes. Los días de la semana, los meses del año y gran parte del abecedario, todo ello sin vacilación alguna.

Fascina asistir a este encuentro del Juan de Alzheimer con el Juan de antes. Es imposible olvidar que fueron 8 años de Juan en tinieblas. Sin que pudiera saberse si deseaba comer o hacer algo determinado.

Casi tres mil días y sus noches para un Juan que únicamente no requería ayuda ajena para cumplir sus necesidades fisiológicas.

Todo, todo lo que forma la vida cotidiana consciente, era hecho alrededor, sin saber de quienes eran. Así veía paredes, cuadros, adornos, plantas, con los que entablaba conversaciones sin sentido y sin respuesta posible.

Pasaba y pasaba el tiempo. De Juan, solo, entre los suyos.

Sin conocer ni recordar nada de sí ni de quienes le rodeaban.

Provocando angustia y desaliento a los demás, asimismo encerrados en el vacío de Juan.

Ocho años es mucho tiempo. Mucho más si es para el olvido en que un hombre se hunde en sí mismo. Olvidando todo. Aún lo más mínimo y simple. Al parecer para el resto de la vida.

¿ Qué mano es esa? ¿ En qué día estamos? ¿ Cómo se llama esta ciudad?

Silencio absoluto.

Antes leímos y leímos de la Enfermedad de Alzheimer. Sí como de tantas otras cosas.

No nos llegaba cerca. Quien pudo interesarnos en ello, hace 8 años que dejó este mundo. Coincidencia que resalto al enterarnos de la existencia de Juan. Que vino de Buenos Aires en busca de ayuda. Diciéndolo mejor, fue traído. El que no puede resolver ni decidir por si desde hace 8 años

Es un Alzheimer Grado Severo al 18 de Enero de 1994.

Al 21 de Febrero se cree que el caso de Juan debe trascender.

Que debe conocerse esta verdad sucedida entre Juan y familia y las Dras. Isasi y su equipo.

Así comenzó a desarrollarse, mejor aún, a desenvolverse ante nosotros, el pasado y el presente de Juan.

Para el que anhelamos un futuro de días buenos y claros junto a los suyos. Enfrente a nosotros, allá, en la otra orilla del Plata.

Lo miro y escucho. Comprendo que en él hay algo que nunca morirá. Algo inasible en palabras, que fue fugaz como vuelo de mariposa, entrevisto apenas como un sueño, pero que estuvo siempre ahí. En algo lo expresó su mirada, cuando resueltamente dijo cinco por ocho, cuarenta. Fue una respuesta concreta.

Sorprende a quien está por primera vez en su vida, frente a un enfermo de Alzheimer Grado Severo, como lo indican los exámenes que le fueron practicados en Enero de 1994.

Frente a un hombre que hasta esa fecha no tenia mas perspectiva que una ventana cerrada, una puerta tapiada, ante las cuales se deshicieron miles de sus horas. Morir y sufrir y apenas. Lo vemos como un gran espacio incoloro, sin sonido, sin luz, por el que giraba sin descanso.

Un gran espacio incoloro que empezaba a poblarse de visiones terroríficas . Juan entraba en la etapa de las alucinaciones.

Juan y los demás, son reales, de carne, hueso y sufrimientos.

Me emociona profundamente, verlos, cual si viera personajes moldeados, con fantasía, adentro.

Aquí estamos ellos, las Dras. Isasi y el desafío inesperado y excepcional de plasmar en el papel la anécdota vital de estos seres, en este tiempo del resurgimiento de Juan.

No quiero salir de la realidad, ni quiero irme de la clínica.

Pero es inevitable hacerlo.

Ver a Juan ante un escritorio, leyendo unos papeles, que deja par atender el teléfono. Y verlo en una reunión, rodeado de personas, hablando animadamente. O en un ciudad cualquiera del mundo, observando este monumento, aquella iglesia. Guardando esas imágenes tras sus ojos tan vivos. Anotando datos y cifras en cuadernos. - ignoro por cual razón- lo veo actuar.

En 1907, Alois Alzheimer, psiquiatra y anatomopatologo alemán, publicó el estudio anatomoclínico de una enferma de 51 años fallecida tras 4 años y seis meses de evolución progresiva de un importante cuadro de demencia con desorientación y alucinaciones. El estudio histológico realizado tras impregnación argéntica, demostró la existencia de conglomerados intraneuronales, fibras anormales que coexistían con placas seniles: Alzheimer describe de este modo la característica anatómica de la enfermedad y la denomina " Degeneración Neurofibrilar".

En 1965, Corsells revela que los individuos con demencia no presentan estigmas de arterioesclerosis cerebral, significativamente más importantes que los individuos no dementes de la misma edad.

Esta noción fundamental marcará en todo el mundo el declive de la teoría "vascular" y de su corolario, el concepto de "insuficiencia circulatoria cerebral". En Francia, sin embargo, la fundamental obra de I. Delay y S. Brion, las demencias tardías, habían establecidos tres años antes las diferencias significativas que existían entre las demencias seniles arteriopaticas y mixtas.

En 1977 se celebró en Londres el 1er. Congreso Mundial sobre la Enfermedad de Alzheimer y las demencias seniles. Esta fecha coincide con el inicio de la toma de conciencia por el publico en general, pues el aumento de la expectativa de vida elevaba la enfermedad al rango de fenómeno social, al mismo tiempo que su investigación fundamental conocía un impulso sin precedentes.

En 1989 aparecieron alrededor de 150 artículos científicos mensuales sobre la demencia de tipo Alzheimer y sobre el envejecimiento cerebral normal y patológico.

Por fin, el Memorándum sorprendente para alguien que accede por primera vez al conocimiento personal de un enfermo de Alzheimer, para el que no había esperanzas, dice así:

MEMORANDUM

Paciente: Juan A.

Edad: 71 años

Profesión: Contador

Diagnostico: Enfermedad de Alzheimer (7- 8 años de evolución)

Día/Fecha: 18 y 19/01/94.

Evaluación general, neuropsicologica y neurológica del enfermo. Evaluación de tolerancia a la Terapia Gravitacional.

19/01/94 Evaluado por la Dra. Acle (neuróloga) y discutido el caso en conjunto, SE DESCARTA INCLUIRLO EN PROTOCOLO, al tipificarlo como Alzheimer de Grado Severo.

Mini Mental Test: 6/30.

De 10 operaciones de suma, de un dígito más un dígito, solo dice bien 3+ 1 = 4.

Severamente comprometidos: habilidad en el lenguaje hablado, la comprensión del lenguaje hablado y el recuerdo de las instrucciones del test.

Seguimiento de ordenes 1/5

No reconocimiento de derecha e izquierda, ni de los dedos de la mano.

Desconoce la fecha, mes, año, día de la semana, estación del año, lugar, ciudad, país, y con quien esta hablando.

No reconoce a la familia (a su esposa e hijos) ni puede decir el nombre de ninguno de ellos.

20/01/94 Se le plantea a la familia que dada la evaluación y la tipificación de Alzheimer de Grado Severo y con unos 8 años de evolución, se rechaza incluir al paciente en el Protocolo de Terapia Gravitacional para:

Evitar las expectativas de una Recuperación o estabilización del cuadro.

Evitar el esfuerzo económico y emocional familiar.

20/01/94 A pedido expreso de su hijo Guillermo se incluye e inicia Protocolo para Mejorar Calidad de Vida.

MODIFICACIONES OPERADAS EN EL ENFERMO

21/01/94 Su esposa e hijo advierten que el paciente duerme mejor. Situación previa: el paciente se levantaba entre 15 y 20 veces todas las noches ( sin ninguna razón aparente).

Situación actual: desde que inició la evaluación de tolerancia a la Terapia Gravitacional y al Protocolo para Mejorar Calidad de Vida, el paciente no se levanta en la noche. Salvo una vez para orinar.

22/01/94 a) El paciente por iniciativa propia se bañó y vistió solo. Situación previa: el paciente no se higieniza ni viste por iniciativa propia y sin asistencia. b) El paciente habla de " orden, orden" dobla correctamente la ropa y la guarda en los cajones de la cómoda de hotel.

22/01/94 El paciente retorna a la ciudad de Buenos Aires habiendo cumplido 5 sesiones del Protocolo para Mejorar Calidad de Vida.

03/02/94 Reinicia Protocolo MCV

Su esposa relata que :

- se mantiene bien el sueño

- que está más afectuoso

- que reconoció a su hermano Gabriel y lo llamó por el nombre.

- que sigue muy colaborador con el baño y el vestirse.

04/02/94

- Reconoce y llama por su nombre a su esposa y llama a su hijo menor

Guille.

03-05/02/94

- Reconoce por foto a su hermano y lo identifica como Gabriel.

- Identifica por foto a la suegra (como muy querida y que está muerta).

- Paseando por el Shopping Center junto a su esposa e hija ve reflejada su

imagen en un espejo y expresa:

- "aquí esta Andresito Juan" y llama espontáneamente a su hija por el nombre Lilianita.

- Reconoce por foto a su hijo mayor dice: Andrés Juan, mi hijo.

- Globalmente está más atento y hace algunas operaciones mentales simples, comienza a completar refranes conocidos.

- Escribió su nombre con la mano izquierda.

05/02/94

- Viaja al mediodía en auto a Punta del Este y pasa un gran día, lo notan contento y dice "que lugar tan agradable" mientras camina por la Rambla.

- A todos les llama la atención como termina refranes y hace algunas operaciones mentales simples.

- Se viste prácticamente solo. Mantiene bien el sueño.

06/02/94 Domingo.

- L a señora relata que en un momento dado se siente incomodo en Punta del Este e insiste en que quiere irse y retornar a su casa.

07/02/94

. Paseando en auto junto a su esposa e hija, reconoce el Shopping Center y dice haber estado allí el otro día "cuando vinimos a tomar el Te"

Según relata su hija Liliana, nota a su padre más contento y colaborador y que inicia o emite juicios de valoración. En los días que han pasado juntos comprobó que no delira ni alucina y que no mantiene diálogos o le habla a un cuadro, una planta o una pared como solía hacerlo.

También notó que está pendiente de la hora, que lee correctamente la hora, que termina o repite refranes y que está más lúcido para operaciones mentales simples.

08-09/02/94

Sigue más colaborador en la vida diaria, en la higiene, en el vestirse, tiene mejor humor, y está mas afectuoso, mantiene bien el dormir.

Un aspecto que relata su esposa es: "evidentemente está mejor, ya que no me dice mas NO ME TOQUEN, NO ME TOQUEN, cuando me acerco por la mañana para que se levante y se vista, es evidente que ahora sí me reconoce.

Dice fácilmente los días de la semana, los meses del año, y comienza a decir el abecedario.

09/02/94

Esta más atento, escribe el abecedario. La familia comprueba como es capaz de hacer dibujos, círculo, cuadrado, rombo, cruz, una flor, una casita, etc, etc....

Al 18/01/94 el panorama de Juan estaba cerrado por los cuatro puntos cardinales. Sin día ni hora. Desolación de tierra yerma. Alzheimer de Grado Severo. Apenas sonidos, apenas un ir y venir por el infinito de su vacío.

En la frontera misma de una posible mejoría, el panorama no se clarificaba. No.

Y de pronto, como en un relato fantástico, sucedió aquí, en Montevideo:

Juan y familia descansaron una noche, sin sobresalto alguno.

Han transcurrido 2 días que para ellos son de luz y aire nuevo.

Retroceden las tinieblas. Juan comienza el Regreso a si mismo.

El cambio asombra. Admira.

Tras ver las secuencias filmadas del proceso, una profunda emoción nos embarga. Por lo que esta sucediendo entre nosotros. Quienes vivieron con él esos ocho años de progresivo e incontrolable deterioro son los más capacitados para aquilatar lo acontecido desde el 18/01 al 25/02/94.

Por haberlo conocido, haber oído a sus familiares y habernos explicado las Dras. Isasi la historia médica, estamos en situación optima de decir ADMIRACION ante el cambio experimentado por Juan, luego de las tres pasantías de cinco días cada una, en la clínica de la calle Rivera.

FIN

Al conocer a Juan y familia un cálido mediodía en la clínica de la calle Rivera, Montevideo, ignorábamos lo que habríamos de vivir con ellos y las Dras. Isasi; y ciertamente, como escribir esta historia de final feliz. En ella esta implícita calidez humana, íntima satisfacción de ayudar a un semejante para que torne a SER. Otros calificarán como corresponde, el lado científico. Afirmamos que lo vivido fue –ES- como caminar despierto durante un sueño.

Muchas horas pasamos oyendo, leyendo y aprendiendo sobre la enfermedad de Alzheimer. Y durante días buscamos narrar debidamente la experiencia de Juan con las Dras. Isasi.

Junto con ellos, regresamos de 8 años de alejamiento del lápiz y el papel. Solamente ellas podían sacarme del voluntario retiro para meterme de lleno –sin tiempo ni derecho a negativa- en esta aventura. Jamás imaginé antes del 21/02/94 que asistiría a un hecho real, concreto, al que me declaro incapaz de razonar. Sólo pude y puedo, sentirlo en espíritu y corazón. Es que no puede razonarse el sentimiento. Imaginemos nuevamente al mundo cotidiano con sus días y sus noches, la mansedumbre de horas pacíficas y la tormenta de horas malas. Juan y familia viven en Buenos Aires sin pena ni desaliento, quizás nos veremos algún día, cuando retornen para los exámenes de rigor. Acá, en Montevideo Eloísa y Susana Isasi, jóvenes, inteligentes, dotadas de una caudalosa porción de humanidad y de una tenacidad poco común, amigos que la vida nos dio, desde su padre el Dr. Eugenio J. Isasi y nuestra hermana Dra. Berta Rodríguez Abadie, continúan su incansable lucha contra males que aquejan a nuestro semejantes. Las acompaña un equipo de jóvenes e inquietos colegas. Que el éxito supremo en esa lucha sea su compañero , es nuestro mejor deseo.

Si estas palabras ayudan para que nos acerquemos unos a otros, cumplimos con la noble misión, a ellas encomendada, de vincular a los que estamos en el mundo.

La imagen de las incansables hacedoras de telas, - que son destinos- cierra estas paginas, dónde quedan esbozados, ocho años y cuarenta días de la historia, verdadera, de Juan el hombre de Leo.

Historia que es en realidad, un canto de optimismo y de fe en el ser humano y en su capacidad para hacer el BIEN


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